En una de sus intervenciones más recientes en el programa Voz Populi, Mauricio Quintero no dejó títere con cabeza al abordar uno de los temas más críticos y controversiales en la infraestructura colombiana: los continuos desplomes de obras que deberían representar el avance y desarrollo del país, pero que terminan siendo símbolos de negligencia y mala planificación.
El puente de Chirajara: Un símbolo de la decadencia
El puente de Chirajara, ubicado en el kilómetro 64 de la carretera que une a Bogotá con Villavicencio, se desplomó el pasado 15 de enero, convirtiéndose en el más reciente ejemplo de la vulnerabilidad de las obras civiles en Colombia. Según informó la Concesionaria Vial de los Andes (Covid), hoy se planea la implosión de la pila C de este puente, una acción que parece casi una metáfora de cómo se manejan los proyectos de infraestructura en el país: construimos, fallamos y, al final, implosionamos para empezar de nuevo, dejando atrás un rastro de escombros y promesas incumplidas.
“¿El puente está quebrado, con qué lo curaremos?”
Quintero, fiel a su estilo mordaz, se pregunta de manera retórica y sarcástica: “¿El puente está quebrado, con qué lo curaremos? ¿Con cáscaras de huevo? ¿O con burritos al potrero?”. Estas palabras reflejan no solo la indignación, sino también la impotencia de ver cómo proyectos millonarios se desploman sin que haya responsables claros o soluciones efectivas.
Un patrón repetitivo: Desplomes y más desplomes
El desplome del puente de Chirajara no es un hecho aislado. Quintero hace un recuento de varios casos emblemáticos que han dejado huella en la memoria colectiva del país. En octubre de 2013, el edificio Space en Medellín se desplomó, un evento que sacudió a la ciudad y expuso las deficiencias en la supervisión y ejecución de proyectos inmobiliarios. En febrero de 2015, el Puente del Cantón Norte en Bogotá corrió la misma suerte, y este año, el edificio Barlovento en Medellín y 20 edificios en Cartagena fueron evacuados por riesgo de desplome.
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La pérdida del norte en la ingeniería colombiana
El comentario de Quintero sobre el estado de la ingeniería en Colombia es contundente: “En este país nos la pasamos o echando plomo o echando desplome”. Con estas palabras, no solo denuncia la repetición constante de estos incidentes, sino también la aparente falta de aprendizaje o mejora en las prácticas de construcción y supervisión. La crítica no se limita solo a las estructuras que se desploman, sino a todo un sistema que parece estar fallando desde sus cimientos.
El contraste con Ecuador: Un espejo incómodo
Para cerrar, Quintero lanza una comparación que seguramente incomodará a más de uno. Invita a los colombianos a aprovechar el próximo puente del 20 de julio para visitar Ecuador, un país que, según él, ha logrado una infraestructura que nos deja en vergüenza. Mientras en Colombia los desplomes se suceden, Ecuador, a pesar de sus desafíos, ha construido una infraestructura sólida y funcional, mostrando que es posible avanzar cuando se trabaja con seriedad y compromiso.
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