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Chuzadas del Ejército habrían precipitado salida de Nicacio Martínez: revista Semana

El medio también reveló que ha sido blanco de espionaje y amenazas desde el año pasado.

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BLU Radio. Nicacio Martínez / Foto: AFP
JUAN BARRETO/AFP

De acuerdo con una investigación de la revista Semana titulada ‘Chuzadas sin cuartel’, las verdaderas razones de la salida del general Nicacio Martínez, excomandante del Ejército Nacional de Colombia, habrían sido el uso ilegal de sofisticados equipos para espiar a políticos, magistrados, generales y periodistas.

La revista Semana reveló el que sería uno de los más graves escándalos de chuzadas por parte del Ejército a periodistas, magistrados y políticos colombianos. El hecho, revelado este sábado por el medio con pruebas como imágenes, chats y documentos de inteligencia, habría precipitado la salida el pasado 27 de diciembre del general Nicasio Martínez, entonces comandante del Ejército.

De acuerdo con la información que publica Semana, en la lista de interceptados aparecen el senador Roy Barreras, el exgobernador de Nariño Camilo Romero y la magistrada de la Corte Suprema de Justicia Cristina Lombana, quien tuvo hasta mayo de 2009 el caso de manipulación de testigos contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez y quien lleva un proceso de corrupción que involucra a varios políticos.

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Semana habló con un suboficial del Ejército, quien aseguró: “en un caso a él le asignaron un número celular y le entregaron datos como el correo electrónico supuestamente de una oficial que estaba afectando los intereses del Ejército, pero resultó que el verdadero blanco era una magistrada Lombana”, publicó la revista Semana en su edición de este fin de semana.

“Le preguntamos a los mandos si había un error, porque se trataba justamente de una magistrada, lo cual claramente no podemos perseguir. Nos dieron la orden de continuar el monitoreo, los seguimientos y, lo más grave de todo, es que nos ordenaron entregar esa información directamente a un reconocido político del Centro Democrático”, agrega el escrito sobre la información suministrada por el suboficial. Para probarlo, de acuerdo con el artículo de Semana, mostró correos y apartes de comunicaciones personales de WhatsApp de la magistrada.

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Además, otro militar le dijo a la Semana con documentos, cuadros de contacto, conversaciones, mensajes de WhatsApp y extractos de comunicaciones, “que le habían asignado como blancos políticos de todas las tendencias, en particular tres gobernadores, tres senadores y dos representantes”.

Sobre los seguimientos al senador Roy Barreras, el militar encargado de esto último le dijo a Semana que, cuando el congresista de la U denunció públicamente que lo estaban siguiendo e interceptando, se activó una operación de contrainteligencia para cubrir su rastro y desviar la atención hacia otras agencias de inteligencia.

“Los mandos decidieron que el sospechoso obvio estaría en otras agencias nacionales que cuentan con capacidades similares o en la misma cúpula de la DNI (Dirección Nacional de Inteligencia)”, dijo el suboficial a Semana, que revela este escándalo de interceptaciones al interior del Ejército.

La información que publica la revista Semana va más allá y cuenta cómo conoció carpetas en discos duros y memorias USB que contienen presentaciones de informes, extractos de conversaciones y audios de entidades públicas, ONG y medios de comunicación. De acuerdo con el artículo titulado ‘Chuzadas sin cuartel’, parte de las interceptaciones se hacían desde el batallón de ciberinteligencia en Facatativá, que fue blanco de un allanamiento el pasado 18 de diciembre por parte de una comisión de la Corte Suprema de Justicia y cerca de 50 policías judiciales adscritos a la Dirección de Investigaciones Especiales de la Procuraduría, buscando evidencia de interceptaciones ilegales.

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Por otro lado, Semana reveló cómo desde el año pasado ha sido blanco de espionajes y amenazas. Según publicó, envíos de sufragios y lápidas, seguimientos al director y a periodistas, y equipos tácticos de interceptación al pie de las instalaciones de la revista hicieron parte del operativo de inteligencia ilegal.

La revista Semana cuenta además que se había abstenido de revelar públicamente este episodio para proteger las fuentes, la propia investigación y los elementos de juicio y pruebas suficientes para hacer la denuncia.

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La revista, además, denuncia que “no solo militares activos participaron de esas acciones. Un coronel retirado por vínculos con narcos y paras decidió ayudar a la cúpula militar anterior, de la cual era muy cercano. Para ello acudió al servicio de matones de la oficina de sicarios de San Andresito, quienes se alternaban con los militares activos las labores de seguimientos y vigilancias contra los periodistas de Semana”.

Finalmente, la revista Semana habló en su artículo de una persecución “implacable contra los militares que no se prestaron para las actividades ilegales y, por el contrario, denunciaron a los corruptos ante la propia institución y entidades de control”.

Vea aquí: Caso de Nicacio Martínez es emblemático, pero dio resultados: general (r) Jaime Ruiz

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