Sánchez, miembro del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), dijo que en caso en que se presente una temporada de lluvias “con unos suelos muy secos y de repente les llega mucha agua, no lo va a poder asimilar”.
“Vamos a tener una escorrentía superficial máxima, particularmente en las zonas que están desforestadas o sin cobertura o que fueron afectadas por los incendios. Inmediatamente viene el escurrimiento superficial del agua y que vamos a tener mayor erosión y mayor degradación”, agregó.
En ese sentido, dijo que los suelos que están muy secos y se agrietan van a recibir el agua, que penetrará rápidamente y ocasionará movimientos en masa o deslizamientos.
Agregó que también se presentarían desbordamientos en las zonas planas y en las zonas de alta pendiente crecientes súbitas por la falta de regulación del agua.
Finalmente, dijo que dentro de las acciones de largo plazo están la reforestación y recubrir con vegetal los suelos, mientras que en el corto plazo hay que localizar y ubicar las zonas de mayor riesgo para generar alertas tempranas y procurar mantener los suelos con cobertura.