Los 5 motores más confiables de todos los tiempos: ¿su carro tiene alguno?
Algunos de estos motores han impulsado los carros más icónicos en toda la historia.
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La confiabilidad del motor es un factor clave para millones de conductores en el mundo. Algunos fabricantes han logrado desarrollar algunos que no solo cumplen su función con eficiencia, sino que lo hacen durante cientos de miles de kilómetros, con pocos mantenimientos y sin fallas graves.
Contar con alguno de estos motores en un vehículo puede ser sinónimo de tranquilidad mecánica. La historia de su desempeño, los múltiples modelos en los que han sido utilizados y su comprobada longevidad los posicionan como referentes dentro de la industria automotriz.
Desde su aparición en 2005, el motor 2GR de Toyota ha sido reconocido por su solidez. Se trata de un V6 de 3.5 litros que ha estado presente en una amplia gama de vehículos tanto de Toyota como de su marca de lujo, Lexus. Este propulsor ha impulsado modelos como el Camry, Highlander, Tacoma, y las RAV4 y 4Runner, así como los Lexus RX, ES, GS e IS. Incluso llegó a utilizarse en el Lotus Evora y en vehículos de competencia como el Corolla modificado para pista.
La versión 2GR-FSE fue incluida varias veces en la lista de los 10 mejores motores del ranking elaborado por Ward’s Auto, lo que respalda su reputación. Está construido en aluminio y ofrece potencias que oscilan entre los 237 y los 316 caballos, según la configuración. Su adopción global y la amplia disponibilidad de repuestos lo han consolidado como uno de los motores más confiables en circulación.
Lanzada en 2001, la serie K de Honda se convirtió rápidamente en una de las más apreciadas por mecánicos, preparadores y usuarios comunes. Con una cilindrada que varía entre los 2.0 y los 2.4 litros, estos motores de cuatro cilindros en línea con doble árbol de levas (DOHC) han impulsado modelos tan diversos como el Civic Type R, Accord, CR-V, Integra y la Acura RDX.
Destacan por incluir el sistema VTEC, característico de la marca japonesa, y por tener variantes de aspiración natural y turboalimentadas. Las configuraciones K20 y K24 son especialmente valoradas por su alto régimen de revoluciones y su durabilidad, incluso en condiciones exigentes.
La familia LS de motores V8 de General Motors debutó en 1997 y continúa en producción. Con múltiples variantes y tres generaciones a lo largo de los años, este bloque ha sido utilizado en una gran variedad de vehículos, desde camionetas como la Chevy Silverado hasta deportivos como el Corvette y el Camaro.
Su rango de cilindradas incluye versiones de 4.8 a 7.4 litros, y potencias que van de los 255 a los 755 caballos. Más allá del desempeño, los LS son conocidos por soportar altísimos kilometrajes con mantenimiento básico. Su simplicidad mecánica y abundancia de piezas han contribuido a que sea uno de los motores más modificados y respetados en el entorno automotor norteamericano.
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El motor Volkswagen ABF estuvo en producción entre 1992 y 1999. Se trata de un cuatro cilindros de 2.0 litros con 16 válvulas, utilizado principalmente en el Golf GTI Mk III y el Passat de cuarta generación. Aunque su vida útil fue corta en términos comerciales, su rendimiento y fiabilidad lo convirtieron en una pieza muy buscada por los aficionados al tuning.
Con una potencia de 148 caballos, era capaz de ofrecer un buen equilibrio entre fuerza y durabilidad. Se le atribuye la capacidad de alcanzar más de 400.000 kilómetros sin fallas graves, y sus únicos puntos débiles suelen ser sensores auxiliares, como el de posición del acelerador. Pese a la escasez de repuestos, sigue siendo un referente en confiabilidad para los seguidores de la marca alemana.
Producido entre 1964 y 1996, el motor Ford 300 de 6 cilindros en línea es uno de los más longevos y resistentes en la historia de la automotriz estadounidense. Se originó como una versión de mayor carrera del motor de 240 pulgadas cúbicas y fue usado extensamente en camionetas de la Serie F, tractores, volquetas, equipos industriales y vehículos de servicio pesado.
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Con una potencia que varió entre los 114 y los 150 caballos, este motor se destacó más por su durabilidad que por su rendimiento. Incorporaba piezas forjadas de alta resistencia y era capaz de soportar condiciones extremas con poco o nulo mantenimiento. Existen testimonios en foros especializados que relatan cómo este motor funcionaba incluso con niveles críticos de aceite.