En el apasionante
La Federación Internacional del Automóvil (FIA), entidad rectora de la Fórmula 1, cuenta con regulaciones estrictas respecto a los combustibles que se pueden emplear en esta categoría.
El combustible utilizado es, en realidad, una mezcla especial de gasolina y etanol, creada de forma específica para cumplir con los rigurosos estándares técnicos establecidos por la FIA. Esta fusión precisa y controlada es vital para asegurar tanto el rendimiento óptimo de los motores como el cumplimiento de las normativas.

Tipo de combustible que usan los autos de F1
En la actualidad, los autos de F1 son propulsados por un combustible compuesto en un 90 % por combustible fósil y un 10 % de etanol, lo que se conoce como E10.
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La inclusión de etanol, un componente "totalmente sostenible", según afirmaciones del director técnico de la F1, Pat Symonds, le otorga un toque de eco-amigabilidad a esta potente combinación.
Este etanol se obtiene de fuentes renovables y sostenibles, como maíz o caña de azúcar, dando un giro más ecológico al rendimiento de alta velocidad que caracteriza a este deporte motor.
Cada monoplaza de Fórmula 1 cuenta con un depósito de combustible capaz de albergar hasta 110 kilogramos de este compuesto, que equivale aproximadamente a unos 145 litros de gasolina.
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A pesar de esta capacidad, la cantidad de combustible que se permite en un coche de F1 está limitada por las regulaciones de la FIA. Este enfoque busca equilibrar la competencia y garantizar que la eficiencia en el consumo de combustible juegue un papel crucial en las estrategias de carrera.
En términos de propiedades y clasificación, este combustible de Fórmula 1 es similar a la gasolina premium que usamos en los vehículos cotidianos. Sin embargo, la diferencia radica en la minuciosidad de la mezcla, diseñada con un control preciso para maximizar la potencia y eficiencia de los motores de estos monoplazas de alto rendimiento.
Este combustible, que se puede clasificar como combustible de carretera premium de alto octanaje, generalmente tiene un rango de octanaje entre 95 y 102.

Por ejemplo, "los autos de la Escudería Ferrari corren con fórmulas exclusivas del combustible V-Power de Shell y su aceite de motor Helix Ultra, desarrollados en cooperación conjunta con Maranello. En 2018, los carburantes y aceites de Shell generaron el 21% de la ganancia de tiempo por vuelta de la unidad de potencia de la Escudería Ferrari", detalla Shell en su página web.
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En conclusión, el combustible en la Fórmula 1 es una combinación elaborada de tecnología y sostenibilidad. El uso de etanol y la continua búsqueda de mejoras en la fórmula subrayan la importancia de encontrar un equilibrio entre el rendimiento de alta velocidad y el impacto ambiental.
Cada gota de este combustible no solo impulsa a los monoplazas a velocidades asombrosas, sino que también representa la convergencia entre la innovación automotriz y la responsabilidad ecológica.
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