
Uber confirmó que comenzará a operar vehículos autónomos en Londres a partir de 2026, en el marco de un plan piloto respaldado por el Gobierno del Reino Unido para fomentar tecnologías basadas en inteligencia artificial.
De acuerdo con lo comunicado, la decisión forma parte de una estrategia estatal para impulsar el desarrollo de soluciones de movilidad sin conductor, y ha sido centro de debate por sus implicaciones en materia de seguridad y regulación.
Con la decisión, el Reino Unido quiere posicionarse dentro de una tendencia global, en la que países como Estados Unidos y China ya cuentan con servicios de taxis autónomos en funcionamiento. No obstante, este tipo de proyectos no ha estado exento de cuestionamientos.
Uno de los antecedentes más discutidos ocurrió en Estados Unidos en 2023, cuando un vehículo sin conductor de Cruise, subsidiaria de General Motors, atropelló a un peatón que acababa de ser embestido por otro automóvil conducido por una persona.
Tras el incidente, General Motors decidió cesar el servicio de taxis autónomos de Cruise a finales de 2024.
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¿Cómo implementarán la conducción autónoma en Reino Unido?
Según el Ministerio de Transporte británico, los ensayos con este tipo de transporte se iniciarán en territorio inglés el próximo año.
La fase inicial contempla una operación limitada, que servirá como base para una posible expansión más amplia en 2027, cuando el gobierno prevé avanzar en la legislación que permitiría el despliegue masivo de estos sistemas.
En la etapa inicial del programa en Londres, los vehículos de Uber contarán con un conductor a bordo como medida de control.
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Sin embargo, la meta es migrar hacia un modelo completamente autónomo una vez se obtengan los resultados técnicos y normativos necesarios, según los lineamientos del plan oficial.
El Ministerio británico señaló que estos serán los primeros servicios de transporte sin necesidad de que una persona esté al volante.
Entre las razones esgrimidas por el gobierno para promover esta tecnología figura la posibilidad de reducir la siniestralidad vial, ya que —según cifras citadas por la cartera de Transporte— el error humano está involucrado en el 88 % de los accidentes en carretera.