Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, familiares del presidente venezolano, Nicolás Maduro, fueron condenados en Nueva York a cumplir 18 años de cárcel por intentar llevar 800 kilos de cocaína a Estados Unidos.
Los primos, sobrinos de la primera dama venezolana, Cilia Flores, y que están en una cárcel federal en Nueva York tras ser arrestados en Haití el 10 de noviembre de 2015, deberán cumplir la sentencia en su totalidad.
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También tendrán que pagar cada uno una multa de 50.000 dólares, según el juez Paul Crotty, a cargo del caso, que se cerró hoy después de que el anuncio de la condena fuera pospuesto en varias ocasiones.
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Al respecto la periodista venezolana Maibort Petit señaló en Mundo BLU que en su país muchas personas se preguntan qué fue lo que realmente pasó con los ‘narcosobrinos’ de Maduro, porque “se esperaba una condena mucho más severa”.
“Muchos venezolanos creen que 18 años de cárcel por este delito es realmente muy poco”, aseguró.
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“Ellos pagarán condena en la Florida para facilitar que su familia pueda visitarlos. La defensa dijo que los únicos amigos y familiares que tenían en Estados Unidos eran sus abogados y que una larga condena separaría a los convictos de sus seres amados”, dijo.
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Petit mencionó que este tema en su país se ha tocado en los medios con “mucha timidez”.
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“En Venezuela la cobertura de esto han intentado censurarla. Se han hecho mecanismos a través de los cuales la población se ha enterado poco a poco de lo que ha pasado, pero en los medios nacionales suele tocarse el tema con mucha timidez”, agregó.
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La Fiscalía también mencionó que los hoy condenados usarían el producto de la venta para prolongar el poder político de su familia en Venezuela.
La defensa, por su parte, reiteró que debía imponerse el mínimo de diez años y trajo nuevamente a la audiencia sus argumentos de que Campo Flores, de 32 años, y Flores de Freitas, de 31, no tienen antecedentes penales.
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También señaló que su conducta criminal no era reiterada y que se desconoce con exactitud la cantidad de droga que habrían intentado introducir a Estados Unidos y además argumentó que los cargos estaban motivados por la situación política en Venezuela.
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Sin embargo, el juez señaló que una condena de 30 años le parecía muy dura, pero también destacó que los ahora convictos se sentían más arrepentidos por el daño que el proceso penal causó a sus familias que por haber quebrado las leyes de Estados Unidos.
Acto seguido, impuso su sentencia de 216 meses de cárcel a cada uno, en una abarrotada sala en la que estaba la esposa de Campo Flores, Jessair del Valle Rodríguez, con la que tiene dos hijos, uno de 4 años y otro de año y medio, nacido tras el arresto de su padre.
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También estaba la exesposa de Flores de Freitas, Yessika Contreras, madre de su hijo de nueve años, así como el agente de la DEA que los detuvo en Haití, Sandalio González.
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Tras escuchar al juez, los abogados de la defensa pidieron que sus clientes fueran enviados a una prisión de Florida para cumplir su condena por ser un destino más próximo y económico que Nueva York para sus familiares y el juez dijo que lo tomaría en consideración.
Previo a que se impusiera la sentencia, se escuchó en la sala a Campo Flores y Flores de Freitas, quienes pidieron perdón a sus familias por el daño que les habían ocasionado a causa del "serio error" cometido y agradecieron al juez por el respeto que les demostró durante el proceso judicial.
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Campo Flores, que recordó es abogado, se dirigió en concreto a su esposa, sentada justo detrás de él y quien lloró cuando escuchó a su marido pedirle perdón.
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Mientras, Flores de Freitas no pudo evitar el llanto al hablar de su hijo, recordar los momentos difíciles de su infancia, con la muerte de su madre y cuando su padre le expulsó de su hogar a sus 17 años.
Durante el proceso judicial, la Fiscalía presentó fotos y grabaciones de los encuentros de los dos venezolanos con narcotraficantes.
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De acuerdo con la Fiscalía, la intención de los dos venezolanos era utilizar el hangar presidencial en el aeropuerto Simón Bolívar de Venezuela para sacar la droga desde allí, enviarla a Venezuela, después a Honduras y de allí a Estados Unidos.
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A la puerta de tribunal estaban esperando la sentencia varios venezolanos en el exilio, que discreparon con la sentencia porque creen que fue muy baja.
"Hubiera querido que se le aplicara la máxima sentencia, porque los venezolanos pensamos que el régimen Maduro-Chavista debe ser castigado por crímenes y corrupción", dijo a Efe Gloria Requena, que vive en Nueva York desde hace dieciséis años.
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Todo "esto ha llevado al país a la destrucción, lo ha convertido en un narco-Estado", agregó.
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