Condenan a cadena perpetua a mujer que asesinó a tres familiares envenenando su comida
La mujer había asegurado que quería comunicarles que padecía cáncer, enfermedad que más tarde se comprobó que nunca le fue diagnosticada.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
La australiana Erin Patterson fue sentenciada este lunes a cadena perpetua, con un mínimo de 33 años de cárcel antes de poder solicitar la libertad condicional, tras ser declarada culpable de asesinar a tres de sus familiares e intentar matar a un cuarto en 2023 con un plato preparado con setas venenosas.
La Fiscalía había pedido prisión perpetua sin opción de libertad condicional, mientras que la defensa aceptó la dureza de la condena, pero solicitó un plazo mínimo para que Patterson pudiera aspirar a salir en la vejez.
El juez Christopher William Beale, del Tribunal Supremo del estado de Victoria, sostuvo que el jurado no creyó la “vaga historia sobre una compra en una tienda asiática” presentada por la acusada, a la que calificó de “mentira”. Añadió que, si bien la rehabilitación es un elemento a valorar en cualquier sentencia, en este caso quedó relegada por “la extrema gravedad de los crímenes y la clara premeditación”.
“Consideré todos los propósitos de la condena, pero la rehabilitación quedó en segundo plano debido a la severidad de sus delitos”, afirmó el magistrado durante una audiencia televisada, la primera vez que el Tribunal Supremo de Victoria utiliza este formato.
Aunque estaba claro que la pena sería de cadena perpetua, la principal cuestión era si se fijaría un período para optar a la libertad condicional, establecido finalmente en 33 años.
Beale advirtió que la notoriedad del caso, amplificada por la cobertura mediática y los proyectos editoriales y audiovisuales en preparación, podría condicionar su vida en prisión. “Es probable que siga siendo una reclusa notoria durante muchos años, lo que representa un riesgo frente a otras presas”, señaló, sugiriendo que quizás nunca pueda integrarse del todo en la población carcelaria común.
Tras la lectura de la sentencia, Patterson —que se mostró impasible— fue trasladada nuevamente al centro penitenciario femenino Dame Phyllis Frost, donde deberá cumplir al menos 33 años de condena antes de poder aspirar a la libertad condicional.
Publicidad
El caso se remonta al 29 de julio de 2023, cuando Patterson invitó a cenar en su casa de Leongatha a sus exsuegros, Don y Gail Patterson, y a Heather e Ian Wilkinson, hermana y cuñado de Gail. Su exmarido, Simon Patterson, también fue convocado, pero no asistió. La mujer había asegurado que quería comunicarles que padecía cáncer, enfermedad que más tarde se comprobó que nunca le fue diagnosticada.
Los invitados consumieron solomillos Wellington individuales, preparados con carne, setas, hojaldre, puré de patatas y judías. Poco después, todos enfermaron gravemente y fueron hospitalizados.
Entre el 4 y 5 de agosto murieron Don y Gail Patterson, de 70 años, y Heather Wilkinson, de 66, mientras que Ian Wilkinson sobrevivió.
Publicidad
Los análisis toxicológicos confirmaron que Patterson utilizó amanita phalloides, conocida como oronja verde, uno de los hongos más letales del mundo, en la preparación de la cena que terminó en tragedia.