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La justicia del Reino Unido declaró culpable a un hombre identificado como Philip Tarver quien, de acuerdo con lo probado en el juicio, decapitó a la mamá con una espada y después arrojó la cabeza en un congelador. Los hechos se registraron en la localidad de Woking, en Surrey, en diciembre del año pasado.
Inicialmente la noticia fue tomada con incredulidad, pero los investigadores lograron probar el atroz crimen del que fue víctima Angela Tarver a manos de su propio hijo. Adicionalmente, se conoció que el procesado amenazó a su padre con hacerle lo mismo.
El homicida, según se supo en el juicio, permaneció toda la vida en la casa familiar y mostraba antecedentes de drogadicción. Análisis psiquiátricos determinaron que estaba en pleno uso de sus facultades cuando cometió el violento crimen.
Philip Tarver aseguró todo el tiempo ser inocente y que la noche en que se produjo el crimen había bebido una botella de vodka y un pack de cervezas. Según su relato, al otro día del crimen, solo se dio cuenta de que la mujer había sido asesinada por los gritos de su padre.
El hombre, declarado culpable, intentó culpar del asesinato a su padre. Según su declaración, su progenitor lo amenazó con la espada tras hallar el cadáver de la mamá.
Sin embargo, los fiscales probaron que Philip Tarver aprovechó que su padre salió de la vivienda para cortarle la cabeza al cadáver y posteriormente meterla dentro de una caja en el congelador.
Según los reportes policiales, al llegar las patrullas a la vivienda, Tarver salió diciendo que lamentaba haberla asesinado.
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El criminal tendrá que pagar cadena perpetua por el terrible homicidio.
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