Habla joven venezolano que estuvo en cárcel de Bukele en El Salvador: “El infierno”

A pocos días de haber regresado a su país, Mervin Yamarte, un joven venezolano de 29 años, relató a Mañanas Blu la experiencia que califica como “el infierno” durante su paso por el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador, una de las cárceles emblema del presidente Nayib Bukele. Su testimonio se enmarca en el grupo de 252 venezolanos deportados tras un polémico acuerdo entre Estados Unidos y El Salvador, que incluyó un intercambio de prisioneros por diez ciudadanos estadounidenses.Una deportación sorpresiva desde Estados UnidosMervin vivió durante un año y tres meses en Texas, Estados Unidos, donde trabajaba en una reconocida tortillería. Según cuenta, fue detenido abruptamente el 13 de marzo por agentes de inmigración, quienes alegaron que había faltado a una audiencia judicial, pese a que contaba con documentos que indicaban lo contrario. “Yo tenía mi próxima corte el 3 de julio, tenía mis papeles en regla, pero igual me esposaron y me llevaron”, afirmó durante la entrevista.El joven asegura que no recibió asistencia legal ni se le permitió hacer una llamada telefónica antes de ser trasladado. “Me pasearon por varios centros de detención en Texas y el 15 de marzo me enviaron directamente al infierno, al CECOT de El Salvador”, expresó.CECOT: “Te golpeaban por todo”El relato de Mervin sobre su estadía en el CECOT, una megacárcel construida por el gobierno de Bukele para recluir a presuntos pandilleros, está cargado de denuncias de tortura, tratos inhumanos y humillaciones constantes.“Desde que uno llega te maltratan. Físicamente, psicológicamente… te golpeaban porque te bañabas, porque no te bañabas, porque estabas durmiendo o porque no comías la comida, que era agua de arroz, de caraota. Comida para animales”, denunció.Durante los cuatro meses y dos días que estuvo recluido, afirma que nunca vio la luz del sol y que llegó a compartir celda con hasta 19 personas, todas venezolanas. “Nos tenían como esclavos. A otros los ponían a servir la comida, a limpiar, a cortar el cabello. Había colombianos también en las mismas condiciones”, relató.Acusaciones sin pruebas: “Nos decían jefes del Tren de Aragua”Según Mervin, fue el propio director del penal quien les comunicó los motivos de su encarcelamiento. “Dijo que estábamos ahí porque éramos jefes y terroristas del Tren de Aragua. Pero yo no tengo antecedentes ni en Venezuela ni en Estados Unidos”, afirmó. Asegura que ni siquiera tiene tatuajes o marcas que lo vinculen con pandillas, uno de los criterios empleados por las autoridades salvadoreñas para identificar presuntos criminales.Torturas físicas documentadasEn su testimonio, el joven describe prácticas de tortura que, de confirmarse, violarían múltiples convenios internacionales. “Nos esposaban y nos levantaban con los brazos hacia atrás hasta que nos desmayábamos del dolor. Nos golpeaban en los tobillos con botas, nos arrodillaban sobre concreto y nos partían las canillas”, reveló.Estas prácticas, según él, eran ejecutadas con saña por parte de los custodios. “Nos trataban igual que a los maras, como si todos fuésemos criminales. Nos tenían odio”, denunció.