La campaña rusa de ataques contra la infraestructura civil de
"Rusia continúa su agresión y está usando el invierno como un arma de guerra", denunció Nicolas de Rivière, el embajador ante Naciones Unidas de Francia, que junto a México convocó al máximo órgano de decisión de la organización para abordar la situación humanitaria en Ucrania.
Según De Rivière, los ataques "sistemáticos" contra la infraestructura ucraniana en un momento en que las temperaturas se sitúan bajo cero "reflejan un claro deseo de
El representante de
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No es solo que millones de personas se estén quedando sin electricidad y calefacción en pleno invierno, recordó el diplomático, sino que los cortes energéticos también complican enormemente el suministro médico y ponen en peligro la seguridad de las centrales nucleares del país.
"Reiteramos nuestro llamado urgente a poner fin a estos ataques y a intensificar esfuerzos en la reconstrucción de la red eléctrica", señaló De La Fuente, en un mensaje que fue repetido por la mayoría de los países del Consejo de Seguridad.
INCLUSO CHINA PIDE CONTENCIÓN A RUSIA
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China, pese a que mantiene una postura más tibia que otros ante la invasión rusa, dejó claro que quiere que se detengan los "ataques contra las infraestructuras civiles" y que se reparen cuanto antes los daños para evitar el sufrimiento de los más vulnerables.
Según confirmó el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, millones de ucranianos están viviendo sin acceso a calefacción, electricidad y agua como consecuencia de la actual campaña rusa de bombardeos.
"En medio de las temperaturas heladoras y de la destrucción, las personas en mayor riesgo son quienes ya eran vulnerables, entre ellos los ancianos, aquellos con discapacidades y los millones de desplazados, porque carecen de servicios esenciales", apuntó Griffiths, que dejó claro que hace falta más apoyo del que ahora mismo pueden ofrecer las organizaciones humanitarias.
RUSIA JUSTIFICA LOS ATAQUES
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Rusia, mientras tanto, argumentó que los ataques contra la infraestructura ucraniana son una respuesta necesaria a la hostilidad de Kiev y dijo que se limitan a instalaciones que son usadas con fines militares.
"Vamos a debilitar la capacidad militar del régimen de (Volodímir) Zelenski. Estas instalaciones están siendo inutilizadas con ataques de precisión y la infraestructura civil en ciudades ucranianas no sufriría si no hubieran colocado defensas aéreas en áreas residenciales", apuntó el embajador ruso, Vasili Nebenzia.
El diplomático, por otra parte, denunció que el suministro de armas occidental a Ucrania está llevando a que importantes cantidades de armamento terminen en manos de grupos armados de otras regiones, un asunto para el que Moscú pedirá que el Consejo de Seguridad aborde en una reunión el próximo 9 de diciembre.
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Además, Nebenzia reiteró que su país está dispuesto a mantener negociaciones para una solución diplomática del conflicto, pero dejó claro que su objetivo sería "erradicar las causas que llevaron a empezar la operación militar especial en Ucrania", es decir, a garantizar que las metas que Rusia se fijó para su invasión se cumplan.
Mientras tanto, las potencias occidentales y la propia Ucrania insistieron en que, con sus actos, el presidente ruso,
"Los crecientes bombardeos del presidente Putin contra la infraestructura de Ucrania son evidencia de que no tiene un interés genuino en la negociación o la diplomacia. Está tratando de quebrantar la voluntad de lucha de Ucrania bombardeando y congelando a sus civiles para que se sometan", dijo la diplomática estadounidense Lisa Carty.
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