
En entrevista con el programa El Radar, la analista internacional y historiadora Teresita Aya explicó las causas históricas y los riesgos actuales del conflicto entre Irán e Israel, una tensión que podría escalar tras los más recientes ataques en la región.
Conflicto entre Irán e Israel tiene raíces en la revolución islámica
“La revolución islámica en Irán en 1979 significó el desconocimiento del derecho a existir de Israel”, afirmó Aya quien recordó que, desde entonces, ambos países han tenido una relación marcada por la hostilidad.
Añadió que esta tensión se profundizó después de la guerra entre Irak y Kuwait en 1991, con varios ataques directos y cibernéticos, como el de 2010 contra el programa nuclear iraní.
Según la experta, el actual contexto es complejo porque los dos países cuentan con armamento y aliados importantes en la región, lo que hace que una guerra directa sea riesgosa, pero no improbable. “Desde el año 79 se esperaba una guerra entre Irán e Israel”, señaló.

Arabia Saudita cambia su postura y se acerca a Irán
Uno de los elementos nuevos en el conflicto es la postura de Arabia Saudita. “Fue uno de los primeros países en decir que el ataque israelí a Irán no fue provocado y le dio su solidaridad”, dijo Aya.
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Esto resulta significativo porque ambos países han estado enfrentados durante décadas por el liderazgo del islam en la región.
La analista considera que, debido a la guerra en Gaza y al rechazo hacia el gobierno israelí, podría haber un acercamiento entre Irán y varios países árabes.
“El enemigo de mi enemigo es mi amigo”, explicó. Esa alianza pondría en riesgo la estabilidad regional.
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EE. UU. e Irán: tensiones latentes por el programa nuclear
Aya también se refirió al papel de Estados Unidos, que ha respaldado a Israel desde el mandato de Donald Trump. Aunque recientemente hubo negociaciones con Irán sobre su programa nuclear, estas fracasaron.
“Desde antes del ataque, Irán ya advertía que si Israel lo atacaba, entendería que EE. UU. estaba detrás”, afirmó.
La experta advirtió que Irán podría responder atacando bases militares estadounidenses en Medio Oriente.
“Los conflictos en el mundo son latentes o activos, y cruzar esa línea puede depender de cualquier detalle”, concluyó.