La imagen de la cruz dorada de la catedral de Notre Dame, brillante en medio de ruinas calcinadas tras el incendio que devoró el templo de 850 años, se convirtió en un símbolo de esperanza para los feligreses católicos golpeados por la destrucción de la emblemática iglesia.
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La fotografía, que se volvió viral en las últimas horas, llega como un bálsamo para quienes temían que todo al interior del templo había terminado en cenizas.
Este martes inició la evaluación de los daños, así como un análisis de la resistencia de la estructura de cara a la reconstrucción.
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Millones de personas en todo el mundo siguieron horrorizadas la evolución del fuego que ardió intensamente durante más de 12 horas, tras haberse iniciado en la parte superior de la catedral gótica, destruyendo parte de la cubierta y su emblemática aguja.
Por la mañana, el portavoz de los bomberos de París, Gabriel Plus, anunció que "todo el fuego está apagado".
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Las autoridades privilegian la pista de un accidente "potencialmente ligado" a las obras de renovación de la techumbre. "Nada apunta a un acto voluntario", indicó el fiscal de París, Rémy Heitz.
Una quincena de obreros que estuvieron presentes en la catedral el lunes empezaron a prestar declaración.
Mientras tanto, los bomberos seguían trabajando ante la mirada compungida de parisinos y turistas que se acercaban para ver con sus propios ojos el estado de la catedral, situada en el corazón de París, a orillas del Sena.
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