Niño de 6 años falleció por cáncer: esta fue la señal que alertó a sus padres
Sus padres contaron cómo detectaron los primeros síntomas y el duro camino que enfrentaron.
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La historia de Tay Kurtul, un pequeño de seis años que perdió la vida a causa de un tumor cerebral, sigue conmoviendo en el Reino Unido. Sus padres, Laura y su esposo, decidieron compartir el proceso que atravesaron junto a su hijo, desde los primeros síntomas hasta el devastador final.
Todo comenzó de manera inesperada. Tay empezó a decirle a su madre que veía borroso y que se sentía muy cansado, incluso después de dormir toda la noche. Laura pensó en un principio que el agotamiento se debía a las actividades extracurriculares que el niño realizaba fuera del colegio. Sin embargo, el cuadro empeoró: dolores de cabeza, molestias abdominales, apatía y cambios emocionales encendieron la alarma.
Ante la persistencia de los síntomas, la familia lo llevó a un centro médico. Una tomografía reveló la presencia de una masa en su cerebro y, tras una resonancia magnética, recibieron el diagnóstico más temido: meduloblastoma, un tumor canceroso en el sistema nervioso central.
“Recuerdo no poder sentir las piernas cuando el pediatra nos dio la noticia. Era como si todo se apagara a mi alrededor. Estaba entumecida, pero con un miedo indescriptible”, relató Laura en diálogo con el diario británico The Sun.
Tay fue sometido a una cirugía de siete horas en la que los médicos lograron retirar la mayor parte del tumor. Sin embargo, la intervención tuvo graves consecuencias: desarrolló el síndrome de la fosa posterior, lo que le impidió volver a caminar, comer por sí mismo, hablar con claridad e incluso mantener el equilibrio.
A pesar de los tratamientos posteriores, radioterapia y quimioterapia, el cáncer avanzó con rapidez. Sus padres, tras meses de lucha, tomaron una dura decisión: suspender la quimioterapia a finales de 2023, debido a los fuertes efectos secundarios que estaban deteriorando aún más su calidad de vida.
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“Su cuerpito ya había soportado demasiado. La enfermedad seguía progresando y continuar con las sesiones ya no era justo para él”, expresó la madre.
El 9 de febrero de 2024, menos de un año después del diagnóstico, Tay falleció en brazos de su familia. A más de un año de su partida, Laura asegura que la ausencia de su hijo es un dolor imposible de describir.
“Perder a un hijo transforma el mundo en un lugar gris. No hay palabras para este vacío. Pero Tay dejó una huella inmensa con su alegría y nos enseñó el verdadero significado del amor”, concluyó.