El panorama diplomático en torno al conflicto en Medio Oriente dio un vuelco este domingo, cuando Reino Unido, Canadá y Australia anunciaron el reconocimiento del Estado Palestino. Horas después, Portugal se unió a esta decisión, un paso que refuerza el bloque de apoyo internacional a la solución de los dos Estados y que, por el momento, deja a Estados Unidos más aislado dentro de sus aliados tradicionales.
La adhesión de Portugal resultó clave porque evidenció que no se trató de un movimiento aislado, sino de una estrategia coordinada que antecede a la conferencia de la ONU sobre Palestina y la paz en la región. Para el gobierno de Lisboa, la decisión responde a la necesidad de dar una salida política y humanitaria a la crisis en Gaza, un conflicto que ya ha dejado decenas de miles de muertos.
Portugal, el país que reforzó el mensaje
Aunque más de 140 países ya habían reconocido a Palestina desde 1988, hasta ahora ninguno de los grandes aliados de Israel en el mundo occidental había dado ese paso. El giro empezó con Reino Unido, Canadá y Australia, pero la confirmación de Portugal consolidó el mensaje: incluso dentro de Europa Occidental, la causa palestina empieza a ganar mayor respaldo en instancias oficiales.
El ministerio de Exteriores portugués había anticipado en julio esta medida, pero el anuncio definitivo coincidió con el de sus socios internacionales, lo que multiplicó su impacto político. En palabras del propio gobierno, el reconocimiento es un acto de coherencia frente a la situación “extremadamente preocupante” del conflicto y a las continuas referencias sobre una posible anexión de territorios palestinos.
La reacción de Israel no se hizo esperar. El primer ministro Benjamín Netanyahu insistió en que no permitirá la creación de un Estado Palestino al oeste del río Jordán, mientras que su canciller, Gideon Saar, calificó la decisión como “indignante y repugnante”.
La apuesta internacional por la solución de dos Estados
Para la Autoridad Palestina, la adhesión de Portugal junto a estos tres países representa un respaldo fundamental. Mahmud Abás, su presidente, celebró el anuncio y aseguró que constituye “un paso necesario para alcanzar una paz justa y duradera”.
El reconocimiento no está exento de condiciones: los cuatro países exigen que Hamás no participe en el futuro gobierno palestino, que se reconozca el derecho de Israel a existir y que la Autoridad Palestina realice elecciones democráticas con reformas profundas.
En todo caso, la incorporación de Portugal refuerza la idea de que la solución de los dos Estados sigue siendo la única salida sobre la mesa. La presión internacional aumenta y el debate en la Asamblea General de la ONU se perfila como un momento crucial en la búsqueda de paz para la región.