Un safari en Botsuana, considerado uno de los destinos más apreciados para observar fauna salvaje en África, se convirtió en una escena de pánico cuando un elefante embistió a un grupo de turistas y volcó las embarcaciones en las que se desplazaban por el delta del Okavango.
Según el diario británico The Mirror, los visitantes —provenientes de Estados Unidos y el Reino Unido— realizaban un recorrido en canoa cuando su guía decidió acercarlos a una manada de paquidermos acompañados de sus crías. Esta acción habría generado una respuesta defensiva inmediata por parte del macho dominante.
El animal irrumpió entre los juncos y cargó contra las canoas, usando su trompa y colmillos para volcar dos de ellas. Los cuatro turistas fueron lanzados al agua, mientras los guías se apresuraron a ganar la orilla en busca de seguridad.
El ataque, lejos de terminar ahí, tuvo un momento de máxima tensión: el elefante regresó y embistió a una de las mujeres, golpeándola con la trompa y hundiéndola brevemente bajo el agua. Milagrosamente, la víctima logró sobrevivir, ya que el animal perdió su rastro en el agua turbia y se retiró poco después.
Aunque los visitantes no sufrieron heridas graves, sí perdieron cámaras, teléfonos móviles y parte de su equipo personal durante la desesperada huida. El incidente ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de los guías turísticos y los riesgos de invadir el espacio natural de los animales salvajes, especialmente en presencia de crías.