
& Wakefield y Colliers Internacional. Lo que hacen es tratar de explicar los precios del mercado de las oficinas en Colombia, en especial de Bogotá.
Lo que hizo Cushman & Wakefield fue tomar varios países para hacer una clasificación y determinar la importancia de cada uno de ellos dentro de los planes de expansión de las multinacionales en la región, es decir, desde dónde van a lanzar sus puntas de lanza para llegar a nuevos mercados.
Siete de esos países se encuentran en América Latina y si antes aparecían en primeros lugares Río de Janeiro, Sao Paulo, ahora esas ciudades han tenido menos interés porque Brasil se ha desacelerado y el ambiente político se ha agitado.
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Por eso es que en el primer lugar están Colombia y Perú, donde crece el interés de quienes demandan oficinas y de ahí el alza en los precios. Para Colombia, dice el estudio, han sido determinantes las medidas del Gobierno para aumentar el consumo y fomentar la competencia.
Pero los precios se han pasado y llegado a niveles que indican que el mercado se va a reventar. Eso se ve en lo que aporta Colliers Internacional que acaba de finalizar el trabajo de campo para determinar los incrementos que llegan a más del 15 por ciento al año.
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Aquí es donde empiezan los datos: entre 2010 y 2011, el mercado de oficinas presentó un comportamiento estable, pero los precios de arrendamientos empezaron a registrar una tendencia al alza en 2012.
Las mayores valorizaciones están en Bogotá en los sectores de la Avenida Chile, Santa Bárbara y ahora la zona donde está ubicado el Titán Plaza Centro Empresarial, sobre la Avenida Boyacá. El corredor de Santa Bárbara es el más caro de la ciudad, con un metro cuadrado para arriendo de 90 mil pesos. En el Andino llega a 87 mil pesos. En las otras zonas de oficinas, como la Avenida Chile, el precio está por los 62 mil pesos.
Estos precios tienen la particularidad de que corresponden a precios de lista, es decir, el dinero que pide el propietario por su oficina. Finalmente, se ve una tendencia que, precisamente por los precios, se hace cada vez más evidente y es que las personas se están mudando a oficinas clasificadas como B.
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Juan Fernández.
Periodista El Espectador.