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Dos desgarradores relatos de exsecuestrados por las Farc llegan a la JEP

Luis Eladio Pérez y Óscar Tulio Lizcano contaron el horror vivido durante años de cautiverio, a manos de guerrilleros.

318102_Foto: Twitter @JEP_Colombia
Foto: Twitter @JEP_Colombia

Ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el ex senador Luis Eladio Pérez y el exrepresentante a la Cámara Óscar Tulio Lizcano entregaron sus testimonios orales y escritos sobre los secuestros que sufrieron a manos de las FARC.

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Los excongresistas revelaron cómo fueron sus días de cautiverio en medio de situaciones degradantes, en ocasiones amenazantes para su salud e integridad y el drama que paralelamente vivieron sus familias.

El calvario de Luis Eladio Pérez

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El primero en entregar su informe fue Luis Eladio Pérez. Inició con una aclaración: que era escéptico de acudir a la JEP porque nadie en el país lo había escuchado, incluso recordó que, al volver a la libertad, ni siquiera un representante del gobierno salió a recibirlos.

"El gobierno de Uribe prefería que murieran 40 secuestrados a afectar a 45 millones de colombianos. En esa época la indiferencia de Colombia fue muy fuerte”, sostuvo.

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Pérez para el año 2001, era senador de la República y ya había ejercido los cargos de concejal, diputado, director de Planeación y representante a la Cámara en dos oportunidades. En aquel entonces, las Farc contaban con gran poderío y 500 miembros de la fuerza pública en su poder.

“Una noche cualquiera, las Farc puso a caminar a todos los policías y militares, a los de rango los amarró con un cordón blanco y a los que no tenían rango con un cordón azul. A los de cordón azul los liberaron y a los de blanco los devolvieron al campamento. Casi se enloquecen después de eso, el ‘Mono Jojoy’ les dijo que el Gobierno les había incumplido y que por eso empezarían a secuestrar políticos", recordó.

Fue así como Luis Eladio Pérez fue secuestrado por integrantes de los frentes 2 y 29 de las FARC. Era el 10 de junio de 2001 cuando se transportaba en la zona rural del departamento de Nariño.

“Fui el primero que caí en el secuestro de canje. Me dijeron que los comandantes querían hablar conmigo, no reaccioné a tiempo y esa noche me secuestraron. El ‘Mono Jojoy’ salió a hablar que si el Congreso no hacía una ley de canje yo no volvería. Yo sabía que eso no iba a pasar y esa noche supe que iba a morir", relató.

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Pasarían 6 años y 8 meses hasta que Pérez recobró la libertad. El exparlamentario recordó que día a día pensaba que iba a ser el último.

“Yo pensaba: si mañana sigo vivo, leo la biblia, o si mañana sigo vivo, leo el Quijote. Esos libros me acompañaron durante el secuestro”, agregó.

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Mientras, otros de sus compañeros se frustraban ante la distancia con sus familias.

Aunque los libros eran un pequeño escape de la realidad, las condiciones del secuestro cada día eran peores. En especial los dos primeros años.

"Estaba solo, a veces amarrado a los árboles. Nadie podía hablar conmigo, no tenía medicamentos, tenía que comer con los dedos porque consideraban que era un elemento peligroso. Muchas veces no me daban jabón, la crema dental no existía, caminaba por la selva sin botas, me lavaba los dientes con ceniza. Cuando recobré la libertad, perdí las uñas de los pies y salí con quemaduras de insectos”, contó Pérez.

Entre los campamentos que recorrió, recordó que se encontró con más secuestrados políticos.

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"Junto a Ingrid y Clara nos llevaban encadenados y con los ojos vendados al campamento de ‘Martín Sombra’, que parecía un campo de concentración. Después llegó Alan Jara, otros policías y los tres norteamericanos”, añadió.

Entre lágrimas, el ex senador relató que durante el secuestro, su familia pasó mucha hambre y extorsiones.

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“Yo no sé mi señora cómo hizo para sacar a nuestros hijos adelante, después de muchas luchas jurídicas mi familia pudo acceder a mi salario de senador y poder comprar una casa. Cuando me liberaron y vi mis hijos, eran otras personas, estaban curtidos con el sufrimiento. A través de los medios vi a mis hijos crecer, a mi mamá morir, a mi hijo casarse y a mi primera nieta nacer", refirió.

En el 2008, lo liberaron. Según Pérez, entonces sintió más miedo que felicidad.

“La indiferencia en Colombia fue muy dura. Había gente que decía que nos habían secuestrado porque algo habíamos hecho mal y las Farc iban hacer justicia. Ellos nunca hablaron de política conmigo. A pesar de que por eso me secuestraron, pasé 7 años secuestrado pudriéndome en la selva ¿para qué?", afirmó.

Pérez finalizó su relato aclarando que las Farc acabaron con los secuestrados.

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“Yo espero poder perdónalos algún día, pero primero quiero ver acciones de ellos. Las Farc les deben mucho a las víctimas. Quiero que las Farc tengan la hombría de pedir perdón a las víctimas y dejarse de burlar de nosotros", dijo.

Por su parte, los hijos de Luis Eladio Pérez, María Carolina y Sergio, añadieron que estarán junto a su padre hasta que este proceso termine y que al fin, tras 10 años, ven el final de la tragedia que les ocasionó las Farc.

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El drama de la familia Lizcano

El segundo en entregar su informe fue Óscar Tulio Lizcano, quien recordó como durante su cautiverio se sentía incapaz y extrañaba dictar clases, ver a sus alumnos y familia.

"En la selva quitaba las hojas de los cuadernos y se las pegaba a los árboles con los nombres de mis estudiantes y les daba clase", relato.

“Lo más duro del secuestro es el desprecio. Lloré mucho cuando murió Orlando Sierra. Era director de la Patria y muy amigo mío, pero lo más doloroso fue cuando secuestraron a Juan Carlos, mi hijo menor. Para esa época yo llevaba seis años secuestrado y mi señora salía por los medios hablando a sus Lizcanitos y yo solo pensaba: ‘háblele a ese muchacho’”, añadió.

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Lizcano contó que, aunque sufría por la soledad, también conoció el lado humano de los guerrilleros. Por ejemplo, el caso de las jóvenes que estaban en las Farc y que habían sido abusadas sexualmente por sus padrastros.

“Ellas huían a las Farc para sentirse una autoridad, recuperar su autoridad (...) también recuerdo a un guerrillero que le decían ‘Comidita’, era un niño. Se comía el arroz crudo y se tomaba el aceite, él se quiso escapar y lo degollaron. Lo recuerdo porque me llevaba guamas", afirmó.

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A pesar de que Lizcano, fue secuestrado por integrantes de la cuadrilla Aurelio Rodríguez de las FARC el 5 de agosto del año 2000, aclaró que él ya perdono a sus captores, para él esa es la verdadera libertad. Sin embargo, hizo un llamado a la JEP para que no haya impunidad y SE continúe escuchando a las víctimas.

 

 

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