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"No tengo el valor de irme": el callejón sin salida de los habitantes de calle en Cúcuta

Según organizaciones sociales, son más de 3.000 personas que habitan las calles de Cúcuta. Dicen que desean salir de esta condición, pero no es tan fácil como muchos piensan.

Habitante de calle referencia
Habitante de calle referencia
Foto: AFP

Jazmín está de cumpleaños, una cucuteña de 30 años, pero los dos últimos ha estado inmersa y perdida en la indigencia y las drogas. Sin embargo, en esta fecha especial prometió volver a casa a estar con sus dos hijos, una niña de 15 años y joven de 19: "Me quiero ir para mi casa. Hoy va a ser el cambio mío porque me voy para mi casa. Ya está vida me tiene cansada”, dice entre lágrimas y sollozos.

Todos los días Jazmín deambula por las calles de Cúcuta, pero normalmente se le encuentra en el Tablazo, un callejón en el barrio Cuberros, al sur de la ciudad. En este lugar, que dicen muchos es sitio prohibido para la mayoría, al menos 15 habitantes de calle, todos jóvenes, que no superan los 35 años, están llevados y consumidos por las drogas.

Viven entre la basura, pues están parados en un canal de aguas sucias que les sirve como fortaleza para consumir sustancias como heroína, bazuco o marihuana.

Pese a que Jazmín prometió volver a casa, como muchos otros que lo han intentado, esta no es una cuestión sencilla: "Yo soy la que no tengo el valor de irme. Tal vez por estar sola, de no contar con nadie me hace estar más en la calle", cuenta. Lo que la arrastra nuevamente a ese callejón, es el Mono o la H, como ella le dice, que no es más que heroína.

"Eso da escalofríos, ganas de vomitar, no se puede levantar. No, eso es muy horrible”, dice Jazmín.

Aunque el fentanilo no ha llegado con fuerza a la perla del Norte, ya se reportaron dos casos que alertan a las autoridades por cuenta de la fuerte dependencia que genera esa sustancia. Esto a pesar de que Jazmín y las demás personas que la acompañan en ese callejón aseguran que no buscan probar más drogas.

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Las calles de Cúcuta están llenas de historias como las de Jazmín. Cientos de hombres y mujeres que están en la indigencia y en las drogas. El Dane, en sus más recientes reportes, reporta que hay cerca de 1.200 de ellos, pero organizaciones sociales en la ciudad aseguran que son al menos 3.000 y que ese número se ha disparado en los últimos dos años.

Muchos de ellos no saben cómo escapar de las garras de las drogas, aunque las mafias tampoco se los permitirían.

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