El Calvario , un municipio situado en el departamento del Meta, ha vivido horas de angustia y temor tras el sismo de magnitud 6.1 que sacudió la región . El epicentro de este temblor que estremeció a Colombia se localizó precisamente en esta localidad, causando daños en varias casas y edificaciones, y dejando a la población en estado de alerta constante.
En diálogo con Mañanas Blu, con Néstor Morales, el alcalde del municipio, Wilson Antonio Alférez, compartió detalles sobre la situación que enfrenta la comunidad tras este hecho: "Realmente fue una noche larga, tensa, complicada. Cada réplica era volver a repetir el susto de la primera que fue tan fuerte. Y ya llegaba la noche, esto se agrava, el susto, el nerviosismo que causa en horas de noche es más complejo que en el día"
Las secuelas del sismo han dejado visibles daños en viviendas y edificaciones en El Calvario. La población, que se caracteriza por su tranquilidad cotidiana, se vio conmocionada por la serie de réplicas que siguieron al primer movimiento telúrico.
Wilson Antonio Alférez relató cómo muchas familias, especialmente aquellas con niños y ancianos, tomaron la decisión de pasar la noche en la calle por temor a nuevos temblores.
"Algunos se acomodaron en camiones, otros en la concha acústica y algunos en el parque. Bueno, y algunos durmieron en sus casas, pero obviamente o durmieron, es decir, porque realmente yo creo que todo el mundo pasó en vela", comentó el alcalde.
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El temor se acentuó por las imágenes que mostraban casas agrietadas y deslizamientos en las montañas circundantes. A pesar de que la emergencia parecía haber pasado, las autoridades aún estaban evaluando los daños en las viviendas afectadas.
"Nos falta muchísimo, la verdad, hay graves afectaciones, muchas viviendas con niveles de afectación diferentes", dijo el alcalde. Además, enfatizó que era necesario analizar la estabilidad de estas estructuras, ya que aún existía el riesgo de que futuras réplicas o eventos sísmicos pudieran causar más daños.
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El Calvario cuenta con una población de aproximadamente 2,000 habitantes, la mayoría de los cuales vive en áreas rurales y veredas. El alcalde explicó que el municipio tiene tres zonas urbanas que están categorizadas como centros poblados, aunque se asemejan más a zonas rurales. Las veredas, que son el hogar de muchas familias, también se vieron afectadas por la falta de comunicación tras los temblores.
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