En su regreso a la Alcaldía de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, ha sido objeto de críticas por la forma en la que le pide al director de Tránsito de la ciudad, Juan Pablo Ruíz, que tramite en tiempo récord el polémico contrato de la semaforización.
“¿Qué horas son en su reloj? Si a las 3:00 de la tarde no está todo en el despacho para mandarlo a Bogotá, pues lo notifico de la destitución, ¿ok?”, le dijo Rodolfo Hernández en tono airado.
Desde el teléfono se alcanza a escuchar al funcionario responderle con un: “bueno, sí señor”.
Al terminar la llamada, el alcalde de Bucaramanga les dice a los periodistas y ciudadanos que lo había tratado con decencia.
“Eso toca así, sin hígados, él me hizo eso. Sin embargo lo estoy tratando decentemente, la gente me dice que yo ataco, que es que soy brusco. Pues claro, a una mafia de esas que gobierna y se opone a todo, cómo quieren que los trate”, dice.
Para algunos ciudadanos, la actitud de Rodolfo Hernández no es digna de un mandatario.
“Ese no puede ser el ejemplo que el da como alcalde, con razón ayer vimos que un hombre cogió una muleta y le pegó a los alféreces, no sienten respeto por ellos pero es por culpa del alcalde”, dijo María Suárez, una ciudadana.