“Se tomó una decisión populista en época electoral”: SAC critica aumento de salario mínimo
La SAC advierte que el aumento del salario mínimo condena a millones de colombianos a la informalidad y presiona inflación.
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El aumento del 23,7 % del salario mínimo, decretado por el Gobierno Nacional, sigue generando reacciones fuertes desde distintos sectores económicos. Una de las más críticas provino del presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Enrique Bedoya, quien en entrevista con Blu Radio, este 30 de diciembre de 2025, aseguró que la medida tendrá efectos negativos sobre el empleo formal y sobre millones de trabajadores que ya se encuentran por fuera del sistema laboral.
Aunque el incremento beneficia de manera directa a quienes devengan un salario mínimo, Bedoya insistió en que el impacto real va mucho más allá del anuncio. Desde su perspectiva, el decreto no solo fue una decisión unilateral, sino que profundiza uno de los problemas estructurales del mercado laboral colombiano: la informalidad, que actualmente supera el 51 %.
Uno de los puntos más sensibles de la entrevista fue la advertencia sobre los colombianos que ganan menos del salario mínimo. “Con este decreto el Gobierno nacional está dejando votados a más de 11 millones de colombianos que ganan menos del salario mínimo”, afirmó Bedoya, señalando que esta población queda por fuera de cualquier beneficio real derivado del aumento.
El dirigente gremial respaldó su argumento con cifras oficiales. “Entre enero y octubre de 2024, 3,7 millones de colombianos ganaban el salario mínimo. Entre enero y octubre de 2025, 2,4 millones”. En contraste, el número de personas que reciben ingresos inferiores al mínimo pasó de 10,1 a 11,3 millones. Para Bedoya, este comportamiento evidencia que el empleo sí está creciendo, pero de manera precaria. “De esos 977.000 compatriotas que entraron al mercado laboral, 732.000 entraron a la informalidad laboral”, aseguró.
Otro de los cuestionamientos estuvo dirigido al uso del concepto de salario mínimo vital como sustento del incremento. Bedoya recordó que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitió recomendaciones y no mandatos obligatorios. “Estos resultados deben equilibrarse con factores económicos como productividad, empleo y sostenibilidad de las empresas”, señaló, advirtiendo que esos elementos no habrían sido considerados en la decisión final.
Según explicó, el Gobierno acogió el argumento promovido por las centrales obreras, pero dejó de lado la aplicación gradual, los ajustes regionales y los análisis técnicos que planteaba la OIT.
El presidente de la SAC también alertó sobre impactos que irían más allá del mercado laboral. “Las estimaciones son de 9 billones de pesos por el incremento del salario mínimo”, afirmó, advirtiendo presiones fiscales, riesgos inflacionarios y un posible freno en la reducción de las tasas de interés. “El que tenga tarjeta de crédito o crédito hipotecario se va a quedar viendo un chispero”, dijo.
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Para Bedoya, el riesgo es claro: “Se tomó una decisión populista en época electoral”, mientras, según insistió, “se está dejando tirado a más de 11,3 millones de colombianos”, una advertencia que pone el foco en el costo social que podría traer esta medida durante 2026.