Este sábado, 22 de octubre, en el encuentro con líderes comunitarios, indígenas y campesinos de Puerto Leguízamo, Putumayo, el presidente, Gustavo Petro, comentó que uno de los propósitos del Gobierno nacional es la revitalización y la recuperación de la selva amazónica.
El máximo mandatario dice estar dispuesto a trabajar para que la gente del Putumayo tenga una visión de la selva como la base de la prosperidad económica del país, pensándola como proveedora de varios recursos que pueden ser utilizados y así mismo, les permitan vivir de esta de manera sostenible.
El jefe de estado explicó la iniciativa del Gobierno del Cambio, de crear un fondo nacional con vigencias futuras, a 20 años, por cuantías mínimas, con el objetivo de que las familias del territorio puedan recibir un ingreso entre 2 y 3 millones de pesos mensuales para dejar que la selva vuelva a crecer en sus propiedades.
“Estamos dispuestos a crear un fondo abierto a la nación y al mundo, financiado por el presupuesto nacional, y no por los cuatro años de Gobierno; queremos aprobar a través de procedimientos legales unas vigencias futuras durante 20 años, tiempo en el que creemos la selva se puede regenerar, con unas cuantías del presupuesto nacional mínimas”, afirmó.
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Petro agregó que el contrato que se firme con cada familia le dará unos derechos, unas concesiones de tierras hereditarias, y no de propiedad, “ya que la selva es pública, es el baldío, el suelo de la nación”, dijo.
“Los invito a que hagamos este fondo poderoso, asegurado durante 20 años, independientemente de cuál Gobierno llegue, que permita que las familias del Putumayo que se inscriban en este programa puedan ayudarnos a reconstruir la selva amazónica y se pueda vivir dignamente de ello”, puntualizó.
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Además, se refirió a la posibilidad de combatir el narcotráfico a través de esta iniciativa asegurando que competir contra este no es fácil, pero si ese es el camino que eligen los putumayenses, el Gobierno los respaldará a fondo. “Sustituyamos la coca por selva. Y pagamos”, comentó, ratificando que de esta forma también se reduciría la violencia en la región.
Petro también expresó su preocupación con el riesgo que corren actualmente más de dos millones de hectáreas de selva que están en peligro de destrucción y cómo “el Putumayo está en la vanguardia de esa destrucción”.
Su invitación al final fue a dejar crecer la selva y a combatir la deforestación, insistiendo en que se deben abrir los diálogos y la participación a la comunidad en el plan de desarrollo, siendo los habitantes de los territorios quienes más conocen sus problemáticas y necesidades.
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