Habla el padre de joven de 21 años que fue sepultada viva por su novio, líder en iglesia
El padre de Daniela Triviño relató el doloroso proceso tras la desaparición y asesinato de su hija a manos de su novio, líder religioso.
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Han pasado casi 13 años desde que la vida de la familia Triviño se quebró por completo. El 3 de septiembre de 2012, Daniela Melissa Triviño, una joven de 21 años, desapareció sin dejar rastro. Diez días después, su cuerpo fue hallado por las autoridades: había sido golpeada, asfixiada y enterrada viva por su expareja sentimental, un joven líder religioso, con la ayuda de una menor de edad.
En el podcast Conducta Delictiva, su padre, Ricardo Triviño, compartió su historia y la falta de justicia plena en un caso que conmocionó a Colombia. Daniela fue vista por última vez al salir de su trabajo. Según relatos de testigos y evidencia forense, fue recogida por su expareja y una menor de 17 años, quien era la nueva novia del agresor. Juntos la condujeron hacia una zona rural, donde fue asesinada y sepultada.
La menor confesó el crimen tras ser confrontada por la policía, pero luego se retractó. El joven, considerado en su entorno como un “hombre espiritual” por su papel como líder de alabanza en una iglesia cristiana, nunca confesó plenamente su participación, pese a ser condenado.
“Mi hija fue enterrada viva. Así lo concluyeron los forenses”, expresó Ricardo Triviño. “No solo la asesinaron a ella, destruyeron una familia completa. Mi suegra, la abuela de Daniela, murió poco después, sin poder superar la pérdida”.
La familia convivió por cuatro años con el joven agresor, quien incluso vivió en su casa. “Lo considerábamos un hijo”, relató. Sin embargo, una discusión familiar provocó tensiones que desencadenaron en la ruptura entre Daniela y su pareja, y luego su reencuentro breve, cuando ella quedó embarazada. La noticia del embarazo, según la investigación judicial, habría sido el detonante del crimen.
Durante los días de búsqueda, el joven participó activamente. “Lloraba, preguntaba, quería saber qué sabíamos. Pero su comportamiento era extraño, parecía estar actuando”. El celular de Daniela, recuperado por la policía, fue clave para hacer confesar a la menor implicada, quien reveló el lugar donde fue enterrada.
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El padre de Daniela aseguró que nunca se obtuvo la verdad completa. “El juicio fue oral, quedó grabado, pero el juez reconoció que nunca se conoció la verdad. Nadie habló, ni la menor, ni él".