la ciudad aún retumba el eco del cacerolazo que cerca de 40 mil ciudadanos protagonizaron este domingo.
En este momento en Ipiales continúan los diálogos entre el ministro del Interior, Fernando Carrillo, y representantes de los campesinos de Nariño. En el departamento nuevas vías son bloqueadas por manifestantes.
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En Sibaté las autoridades han tenido que repeler varias amenazas de asonada e incluso ha sido necesario el apoyo del Ejército con tanques y efectivos. Sí se vive más calma que la noche del domingo, cuando las manifestaciones llegaron a un punto álgido por disturbios y saqueos.
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En el Huila se vive una tensa calma con respecto al paro agrícola. Los sectores arrocero, panelero cafetero se ha sumado a la movilización y ya se presentan ataques a cuatro vehículos, el domingo en la noche. Desde Tello a Campo Alegre se desplaza una movilización campesina a pie.
La situación más delicada se presenta en el municipio de Soacha, que afronta un cese parcial del transporte público y de carga. Allí, el lunes ha sido caótico por la falta de medios para desplazarse a sus lugares de trabajo, mayoritariamente en Bogotá.
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