Personero de Cali advirtió al Estado: “No puede convertirse en una fábrica de víctimas”
Tras el atentado en Cali, el personero Gerardo Mendoza advirtió que el suroccidente colombiano no puede seguir sumido en la violencia y llamó al Gobierno a reforzar la seguridad y cumplir con los acuerdos de paz.
En Sala de Prensa Blu de este domingo, el personero de Cali, Gerardo Mendoza, lanzó una dura advertencia tras el atentado ocurrido esta semana en la capital vallecaucana.“No podemos permitir que el suroccidente se convierta en una fábrica de víctimas, en una fábrica de derramamiento de sangre constante”, expresó con preocupación.
El funcionario recordó que lo ocurrido en el Catatumbo “no tiene precedentes”, pero subrayó que en Cali y sus alrededores se están incubando dinámicas similares, alimentadas por cultivos ilícitos, contrabando y la minería ilegal. Según explicó, estas economías financian a los grupos armados, que a su vez se enfrentan con maniobras violentas, dejando como principal damnificada a la población civil.
“La sociedad no tiene por qué ser víctima de una confrontación que no le pertenece”, enfatizó Mendoza, quien también denunció el reclutamiento de menores por parte de estructuras criminales en la región.
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Foto: AFP
Seguridad en Cali y confianza en las instituciones
El personero insistió en que la respuesta del Estado debe ser más contundente. Para él, lo ocurrido con el paso de dos camiones cargados de explosivos por Cali sin ser detectados refleja un problema serio de inteligencia. “No es momento de buscar culpables, sino de corregir desajustes”, afirmó.
Además, hizo un llamado a que se fortalezca la logística y el pie de fuerza de las instituciones militares y de policía, pues cada error “es capitalizado por la criminalidad”. Según Mendoza, lo que está en juego no es solo la seguridad de Cali, sino la del suroccidente en general, un corredor estratégico para el narcotráfico y otras economías ilegales.
Acuerdo de paz y la deuda pendiente
En medio de la conversación, Mendoza también cuestionó el estancamiento del proceso de paz total. Aseguró que la falta de cumplimiento del acuerdo firmado en 2016 —en especial lo relacionado con la reforma agraria— generó vacíos de autoridad en zonas rurales, lo que permitió la expansión de las disidencias y nuevos grupos armados.
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“El acuerdo de paz tiene que cumplirse. Si firmo la paz y me matan, ¿quién va a confiar de nuevo en el Estado?”, preguntó el personero, recordando que Indepaz ha documentado cerca de 500 firmantes asesinados.
Pese al panorama, Mendoza insistió en que Cali es una ciudad resiliente y que la salida está en la unión ciudadana y en respaldar a las instituciones. “La violencia no se puede perpetuar en el territorio”, concluyó.