El debate sobre la repatriación del Tesoro Quimbaya, una colección de 433 piezas precolombinas de oro que hoy reposan en el Museo de América de Madrid, vuelve a encenderse.
El secretario de Cultura del Quindío, Felipe Robledo Martínez, recordó en entrevista en Mañanas Blu 10:30 que este patrimonio invaluable fue “entregado irregularmente a la Reina Regente de España por el presidente Carlos Holguín, sin aprobación del Congreso, a finales del siglo XIX”.
Desde entonces, las piezas permanecen fuera del país, pese a que, como subraya Robledo, “fueron halladas en el Quindío, y jamás debieron salir de allí”.
El funcionario destacó que la Corte Constitucional, mediante la sentencia SU-649 de 2017, ordenó al Estado colombiano adelantar las gestiones necesarias para recuperar el tesoro.
“Esa sentencia planteó cuatro caminos: el jurídico, el diplomático, el económico y el administrativo”, explicó Robledo. Sin embargo, lamentó que los gobiernos sucesivos —Santos, Duque y Petro— se hayan concentrado exclusivamente “en la vía diplomática, dejando de lado alternativas que podrían ser más eficaces”.
Robledo celebró que el presidente Gustavo Petro haya sido “el primer jefe de Estado colombiano en hacer una solicitud formal al Gobierno español”, lo que marcó un “antes y un después” en esta cruzada cultural.
No obstante, insistió en que es hora de explorar las rutas jurídicas: “España hoy actúa como un tenedor de mala fe. Es hora de exigir, con base en el derecho internacional, la devolución de los bienes a su territorio de origen”.
El debate se ha reavivado tras la propuesta presidencial de crear réplicas del tesoro con oro incautado a las disidencias de las Farc, una idea que Robledo rechaza tajantemente. “Eso termina siendo un despropósito. No podemos reivindicar a los pueblos originarios con copias; el Estado está obligado a repatriar los originales”, afirmó. Según él, solo tendría sentido “si esas réplicas se entregaran a España como símbolo de memoria, y las piezas verdaderas regresaran al Quindío”.
El secretario de Cultura recordó además que el Comité de Verificación, conformado por el Ministerio de Cultura, la Defensoría, la Procuraduría, el ICANH y la Academia de Historia del Quindío, continúa activo, aunque con avances limitados. “Algunos funcionarios todavía actúan con una visión genuflexiva, colonialista, temerosos de incomodar a España”, denunció.
Para Robledo, la devolución del Tesoro Quimbaya no solo es una cuestión de soberanía, sino también de identidad: “El Quindío es menos Quindío, y Colombia es menos Colombia, mientras esas piezas sigan fuera del país”. Su llamado es claro: pasar de la diplomacia a la acción y hacer valer el derecho histórico y cultural de una nación que sigue esperando que su oro vuelva a casa.