“Aquí no estamos hablando de la legalización de la droga, no es un tema que hemos planteado ni que vayamos a plantear, estamos hablando de la necesidad de usar distintos enfoques en el tratamiento del tema de las drogas”, dijo.
En ese mismo sentido, afirmó que el trato debe ser diferente con el traficante y el consumidor.
“Tiene que ver con los distintos eslabones de la cadena del narcotráfico, uno es el trato que se le debe dar a las grandes organizaciones criminales, que debe ser de derecho penal represivo y, otro totalmente distinto, el que se le debe brindar a las personas que tienen problemas de adicción, que son los eslabones más débiles de la cadena”, puntualizó.
Reyes advirtió que “el problema va a ser fundamentalmente probatorio”, pues dependerá de la cantidad de sustancias que se le decomisen a una persona.
“Tiene que ser una cantidad que permita razonablemente pensar que se va a dedicar al consumo personal y va a depender de que pueda demostrar que es un consumidor ocasional o habitual, que necesita unas cantidades de drogas como la que le fueron decomisadas”, dijo.
El ministro de Justicia considera que las posibilidades de hacer trampa siempre existirán: “Lo que está claro es que la forma correcta de diferenciar entre un a adicto y un traficante no puede estar en un número determinado de sustancias y por eso la Corte ha hecho una investigación más amplia de la dosis personal”.