En Colombia, las minas antipersonales no se han eliminado del todo y siguen afectando a la población. Pues pese a que los estragos de la guerra tuvieron mayor fuerza por estos artefactos en 2006, este 2020 ya ha dejado a más de 130 víctimas a pesar de la pandemia, y a pesar de los esfuerzos por acabar con las minas.Los ingenieros militares, desde la Escuela Militar de Cadetes, se forman en la Escuela de ingeniería, y se preparan en diferentes campos, uno de ellos, es el desminado, para luego, con la preparación, sumarse a los equipos que desactivan estos puntos asesinos y son los que ponen el pecho a este veneno que ha contaminado al país.El teniente coronel Rolando Barajas Silva ha explicado que desde la Escuela se dicta una formación bajo todos los estándares para a cadetes y alféreces, que quieran comandar en un futuro las tropas de desminado del Ejército Nacional.“En el transcurso de 2003 a 2020, hemos podido neutralizar más de 270.000 artefactos explosivos en el orden nacional. Hemos tenido desafortunadamente víctimas militares entre 2003 y 2020, más de 7600 minas, así como en ese mismo periodo, hemos tenido aproximadamente más de 2300 víctimas civiles: es una función y labor de nuestro Ejército, contribuir de manera directa en esta amenaza”, señaló el comandante del Batallón de Cadetes N3.Y en el equipo que comanda, hay uniformados que están de lleno en las labores, como el subteniente Juan David Banda, quien ha dicho que desde la brigada de desminado humanitario, se ha generado un impacto en la sociedad civil, luego de ver que personas cercanas, han sido víctimas de ese flagelo.“Ayudar a la población civil, porque la parte del desminado es algo importantísimo, la construcción de vías ayuda a nuestros campesinos a su economía, que ellos puedan sacar lo que siembran desde sus partes lejanas y eso es lo que apuntamos como ingenieros, como Ejército”, añadió.Este trabajo, según se explicó, tiene de forma permanente la capacitación, incluso, del exterior, en el reto de que Colombia continúe con la declaratoria de municipios libres de minas antipersona.
Hombres fuertemente armados atacaron a bala a José Ever Álvarez, un agricultor residente en la vereda La Carbonera perteneciente al corregimiento de Venadillo, ubicada entre los municipios de Ocaña, Norte de Santander y río de Oro, en el departamento de Cesar. Su cuerpo fue encontrado a un lado de la vía, a pocos metros del lugar en donde hace tan solo 5 días también fue asesinado su papá.De ese caso se conoció que la mañana del viernes 26 de febrero, labriegos que transitaban por esa vereda encontraron el cuerpo de Luis Hermides Álvarez, de 78 años de edad, con dos impactos por arma de fuego a la altura de la cabeza. Las primeras hipótesis apuntaban a que se trataba de un intento de hurtó.Sin embargo, ante el nuevo caso ocurrido este miércoles y que deja a padre e hijo asesinados en menos de 5 días, las autoridades guiaron la investigación y manejan la versión de un posible ajuste de cuentas. Para tal fin han recaudado testimonios de varios habitantes de la zona para darle claridad a este doble crimen.Se conoció también que José Ever y Luis Hermides Álvarez habían aspirado, en la pasada contienda electoral, al Concejo Municipal por el partido Liberal en el municipio del río de Oro, César.
Caminando entre las trochas y con sus pocas pertenencias han tenido que salir cerca de 168 personas de 48 familias de la comunidad indígena Turriquitadó Alto de Murindó, luego de recibir amenazas directas por parte de la guerra illa del ELN.Así lo dio a conocer la Organización Indígena de Antioquia, quien en un comunicado aseguró que si bien las personas no han llegado al caso casco urbano del municipio, si están confinadas y hacinadas en otra comunidad donde escasea el agua y los alimentos no han llegado por los constantes enfrentamientos entre ilegales y el hallazgo de minas antipersona.Según la organización, al menos 470 personas de las comunidades Isla, Gorrojo, Bachidubi y Coredó de los resguardos RíoMurindó y Río Chageradó también están en riesgo de desplazarse por las amenazas, por lo que piden una intervención urgente por parte de las autoridades.Ante esto, el coronel José Bastidas, comandante de la Brigada 17 del Ejército que está a cargo de esa subregión del Urabá antioqueño, aseguró través de su cuenta de Twitter que están adelantando operaciones para desactivar posibles artefactos explosivos y evitar más desplazamientos.
El pasado 22 de febrero, tras ser priorizado en el plan de vacunación del personal de salud de Valledupar, un médico de 64 años recibió el biológico de Pfizer contra el COVID-19; sin embargo, un día después el galeno debió ingresar a la Clínica del Cesar para ser atendido por problemas respiratorios.El secretario de salud del Cesar, Hernán Baquero, aseguró que la aplicación de la dosis se realizó “con todos los protocolos dispuestos” en el Hospital Rosario Pumarejo de López, pero que antes de administrarle la vacuna, el médico no informó que venía padeciendo síntomas respiratorios."Al ingresar a la clínica el 23 de febrero, él manifiesta al equipo de salud que lo atiende en el área de urgencia que venía con síntomas respiratorios de cinco a siete días antes, pero fueron omitidos en el momento en que se le preguntó para ponerle la vacuna", respondió el funcionario al periódico El Tiempo. "Una vez ingresó a la clínica, le tomaron la muestra para COVID-19 y salió positivo, lo cual se convierte en una excepción para la vacuna", agregó. Por su estado de salud, informó el secretario, el médico permanece en cuidados intensivos con soporte mecánico ventilatorio.Baquero sostuvo también que las excepciones están claramente establecidas y que la vacuna no debe administrarse en personas con enfermedades agudas, sintomatologías respiratorias e, incluso, que padezcan COVID-19 o hayan contraído el virus en los últimos tres meses."Por eso le hacemos un llamado a toda la ciudadanía a que lean el consentimiento informado, a que si tienen alguna de estas afecciones, no reciban la vacuna. A todas las personas del país se va a vacunar, pero hay que respetar las excepciones", dijo.
El pasado martes en la mañana, dos hombres fueron asesinados en la vereda Chorreras, en la localidad de Sumapaz. Según denuncian los Sumapaceños, el primer asesinado se trata de Pedro Damián González, y al parecer era un desmovilizado de las Farc.El segundo hombre asesinado fue Jimmy Rincón, quien presuntamente era un disidente también de las antiguas Farc.Este miércoles, entretanto, se reportó un tercer homicidio, esta vez en el corregimiento del Alto del Duda, que limita entre el páramo de Sumapaz y el municipio Uribe, al norte del departamento del Meta. El hombre presuntamente también sería un disidente de las Farc.El secretario de Seguridad de Bogotá, Hugo Acero, le confirmó a BLU Radio la muerte de los tres hombres, sin embargo, aseguró que hay que esperar al proceso de investigación para corroborar las identidades de las víctimas y para brindar más detalles.De igual forma, el teniente coronel Pedro Bonilla, comandante de la estación de Policía de Usme, explicó que se realizó el levantamiento de los cuerpos de “dos campesinos quienes presentaban impactos por arma de fuego”.Acerca del tercer hombre, el coronel Bonilla manifestó que los hechos ocurrieron en el departamento del Meta, pero que "están a la espera de que unidades de la Sijin, realicen el levantamiento del cuerpo, que podría ser llevado a la vereda de San Juan de Sumapaz, ya que allí vive la familia del hombre".La comunidad hace un llamado al Gobierno Nacional para que hagan presencia en el territorio.
El epidemiólogo Diego Roselli habló en #YoMeCuidoYoTeCuido sobre el comportamiento que deben tener los ciudadanos para que no se registre un nuevo pico de la pandemia de coronavirus en Semana Santa.Comportamiento del ser humano es fundamental"El comportamiento de los seres humanos es el factor más importante para que el pico suba o baje. Corremos riesgo por las festividades", explicó Roselli.Cuidados durante la Semana Santa"Las reuniones y procesiones religiosas pueden ser un riesgo elevado. El tapabocas sigue mostrando que es fundamental. La ventilación de los lugares es fundamental. Habría que educar a nuestro público, más que forzar con cuarentenas o restricciones", enfatizó el experto.Roselli dijo que se debe evitar que pase lo mismo que en enero de este año, cuando se generó un pico luego de las fiestas de fin de año."Es clarísimo que la primera semana de enero hubo un pico más elevado", enfatizó.Escuche aquí la entrevista completa: