Me sorprendió que en el libro “Cómo llegar: un libro de mentores” de la canadiense Gillian Zoe Segal,
A partir de la imagen de un automóvil para toda la vida, deja claro que lo fundamental es tener un estilo de vida saludable, dice: “Si no los cuida cuando usted es joven, es como dejar el carro afuera en medio de una tormenta de granizo y dejar que el óxido se lo carcoma. Si no cuida su mente y cuerpo ahora, cuando tenga 40 o 50 años, será como un carro que no puede ir a ninguna parte”, cierro cita.
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Sin autocuidado nada de lo que se planea es posible.
Por mi formación y ejercicio ministerial muchas personas me piden consejos, y trato siempre de dejar claro que cada uno tiene la responsabilidad de tomar las mejores decisiones y que cada uno tendrá que asumir sus consecuencias.
Nadie se las sabe todas para decirnos qué tenemos que hacer, pero me atrevo a proponer ideas, reflexiones, tareas que considero son oportunas para realizar un proyecto alineado y coherente que permita que las personas vivan emocionalmente estables. Creo que es fundamental conocerse, aceptarse y amarse tal cuál se es.
Sin originalidad, la aventura existencial en la que vivimos termina llena de hastío y frustración. Necesitamos saber relacionarnos desde el respeto y buscando complementariedad, ya que es en la diversidad en donde está la riqueza y la realización de los planes.
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Cuidarse de cualquier posición fanática, que nos haga creer dueños de la verdad y sentirnos superior a los demás, es importante. El fanatismo siempre ocasiona violencia e infelicidad. No conozco a ningún fanático feliz. También creo que la experiencia espiritual, como ese trascender continuo en búsqueda del infinito, es necesaria. Eso es lo que yo propongo sin creerme maestro de vida.
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