
El bordillo es mucho más que el borde de una acera. En la Costa Caribe, es la tribuna popular donde la vida se conversa, el punto donde las historias se encuentran y los recuerdos se quedan a vivir . Es donde la gente se sienta sin afán, donde la brisa refresca las charlas y la cotidianidad se disfruta con calma.
Pero así como el Caribe tiene su bordillo, cada ciudad tiene su propio espacio de nostalgia y encuentro: Bogotá tiene su ciclovía, Medellín el Parque Lleras, Cali su Bulevar del Río, Pasto su Plaza Nariño. Son sitios donde la vida pública se hace íntima, donde la gente no solo ve la ciudad, sino que se reconoce en ella.
A veces pensamos que la nostalgia es mirar atrás con tristeza , como si todo lo bueno ya hubiera pasado. Pero estos espacios no nos recuerdan lo que se fue, sino lo que sigue vivo en nosotros.
Pero estos espacios permanecen. Los rostros cambian, las calles se transforman, pero cuando volvemos a sentarnos ahí, algo en el alma se reacomoda . Como si ese espacio nos reconociera antes de que nosotros mismos lo hagamos. No nos llama para lamentarnos, sino para recordarnos que seguimos aquí, que la historia sigue escribiéndose y que siempre hay un lugar para nosotros.
Son esas esquinas donde aprendimos a hablar y a escuchar, donde los niños oyeron las historias de sus abuelos, en Barranquilla, dónde aprendieron del Carnaval, aprendieron a rematar un chiste con elegancia y entendieron que la palabra bien dicha es más fuerte que cualquier grito. Es donde la vida se narra con gracia y la memoria colectiva se transmite sin manuales ni discursos.
Y cuando llega el Carnaval, el bordillo se convierte en palco de lujo: sin boletas, sin barreras, con la certeza de que aquí la fiesta es del pueblo, para el pueblo y con el pueblo. Porque al final, el Carnaval no es solo lo que pasa en la calle... Es lo que el bordillo le devuelve con risas, cuentos y aplausos .
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Así que si alguna vez te sientas en un bordillo… Escucha, comparte y gózate la vida, porque ahí, en ese pedazo de cemento, se es Caribe en su estado más puro.