Chuzadas, de la sospecha a la certeza: opinión de Ricardo Ospina
La revelación la hizo el propio fiscal general de la Nación al confirmar la captura del jefe de seguridad de la Sala Diamante de esa entidad.
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Lo que durante más de 20 años fue una sospecha, ahora es una certeza. Desde las salas de interceptación de la fiscalía y otras entidades del Estado se chuzan de manera ilegal los teléfonos y otros dispositivos de comunicación de los colombianos. La revelación la hizo el fiscal Néstor Humberto Martínez, al confirmar la captura del jefe de seguridad de la sala Diamante de la entidad, Luis Carlos Gómez Góngora, a cargo de esta división creada desde hace más de una década para trabajar con los Gaula y con el Ejército en temas antisecuestro y extorsión.
Se trata de un asunto que no es menor y que podría llevar a la conclusión de que los tentáculos de la red delincuencial conformada por hackers, militares y policías de alto rango entre quienes está el general Humberto Guatibonza, tenía indiscutiblemente un equipo de infiltrados en la Fiscalía, que por medio de órdenes judiciales falsas, lograban acceder a las escuchas de determinados teléfonos, según las necesidades de los "clientes" de esta red.
Vea también: Envían a la cárcel por chuzadas a jefe de interceptaciones de la Fiscalía
El asunto es grave, porque la interceptación ilícita se hizo a los teléfonos del capitán Julián Pinzón, director de seguridad aérea de Acdac, el sindicato de pilotos de Avianca, justo cuando se adelantaban las negociaciones en medio del extenso paro que duró 51 días a finales de 2017.
La coartada parecía perfecta y es la misma utilizada en otros casos: aquí se incluye una línea telefónica dentro del paquete de teléfonos a interceptar en una investigación específica, pero completamente ajena al caso, como en esta oportunidad, donde se adelantaba un proceso por desplazamiento forzado, y con esa fachada se logra escuchar lo que habló Julián Pinzón durante 30 días.
Hay que llegar al fondo del asunto en lo particular, quién pagó a la red de espías para escuchar al sindicato de pilotos de Avianca, con qué fin, esas personas deberían tener implicaciones legales en su contra.
Por otro lado, quedan muchas dudas sobre la falta de control que hay en el país sobre esos sistemas: recientemente la Corte Suprema se quejó porque unas llamadas cruciales dentro del caso que se adelanta contra el senador Álvaro Uribe, misteriosamente se perdieron de la plataforma Esperanza de la Fiscalía.
Más allá de eso, la horrenda realidad es que seguimos siendo un país de "chuzados", en donde sin ningún tipo de vergüenza ni de control todos somos espiados, desde el DAS, desde la Fiscalía, desde muchas otras entidades o incluso desde aparatos portátiles y aquí no pasa nada.
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