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Claudia López y Mario Hernández superaron el encontronazo y dan ejemplo de reconciliación

Necesitamos que los distintos líderes de nuestros gremios e instituciones sean capaces de llegar a acuerdos y de entenderse en medio de las diferencias.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: cortesía

No entiendo la unidad como uniformidad, ni creo en el unanimismo que nos hace pensar, sentir y actuar de la misma manera. Estoy convencido que podemos tener acuerdos fundamentales, objetivos comunes y podemos discutir las formas de hacerlos realidad.

La crítica es necesaria, siempre que sea hecha con inteligencia y respeto, y debe ser asumida con las mismas actitudes y mucha apertura. Entiendo que no sea fácil recibirlas, que las consideramos injustas.

Esto lo digo pensando en la manera cómo estamos viviendo en Colombia, donde no se critica, sino que se insulta, se odia y se busca destrozar al otro. Algunas veces me sorprendo, porque no veo críticas, sino expresiones que buscan eliminarlo a la persona y a su manera de pensar.

Por eso, cuando veo que personas públicas que han tenido encontronazos por sus formas de entender la vida y la sociedad, son capaces de dialogar, de entenderse, de pedir disculpas y encontrar puntos de acuerdo, me alegro y lo asumo como un ejemplo para todos.

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Necesitamos que los distintos líderes de nuestros gremios e instituciones sean capaces de llegar a acuerdos y de entenderse en medio de las diferencias. Esto lo digo por el corto vídeo de Mario Hernández con la alcaldesa Claudia López - quienes la semana pasada habían tenido cruces de opiniones opuestas y hasta algo destempladas-, en el que se les vio haciendo las paces.

El empresario terminó echándole flores y la invitó a que juntos siguieran adelante “poniendo toda la voluntad del mundo” en beneficio de la ciudad. Así mismo, la burgomaestre agradeció la visita y el diálogo que habían tenido.

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Necesitamos más de este tipo de acciones. Seguro ambos siguen teniendo sus formas de comprender la vida, porque el consenso no implica que alguien abdique de sus posiciones, pero sí que se encuentren en los intereses más trascendentales que determinen el destino del proyecto.

Seguro hoy los barristas de los extremos criticarán el gesto, porque nos hemos acostumbrado a la pelea y a creer que todo tiene que hacerse desde la violencia y el odio. Pero estoy convencido que si queremos salir adelante como sociedad y nación, y tener un proyecto en común, nos toca ser más inteligentes y menos agresivos y violentos, más abiertos y menos fanáticos. Tengamos la seguridad que los problemas, por complejos que sean, no se resuelven eliminando al otro y su diferencia, sino haciendo verdaderos consensos.

Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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