Día Mundial de la Evolución: reflexionemos y evitemos correr la misma suerte de los dinosaurios

Somos seres en el tiempo, lo que implica que nos estamos haciendo constantemente. Nuestra condición la definiría un gerundio: “siendo”. Por eso, tenemos que estar abiertos a los cambios, a adaptarnos a ellos y seguir en la construcción de nuestro proyecto de vida, tanto individual, como socialmente. No podemos resignarnos o conformarnos, sino que asiduamente tenemos que evolucionar y buscar dar nuestra mejor versión.Este miércoles se celebra el Día Mundial de la Evolución por la publicación en 1859 de “El origen de las especies” de Charles Darwin, y además, para recordar el hallazgo del esqueleto de un homínido muy antiguo, descubierto por el arqueólogo Donald Johanson. Pero creo que a nosotros, habitantes del planeta en este momento en el que la pandemia nos ha enfrentado a la precariedad de nuestra condición, y nos ha recordado que mucho de lo que creíamos valioso y fundamental, no es más que uno de los tantos accidentes que caracterizan a nuestro ser. Por ejemplo: creímos que lo presencial era absoluto, y hoy nos hemos dado cuenta de que los encuentros digitales llegaron para quedarse, así sea en la forma de híbridos, como comienzan a realizarse algunos eventos.Pero más allá de recordar la dinámica de la evolución, vale la pena que nos sentemos un momento a comprender cómo y hacia dónde estamos llevando nuestra vida y a hacer conciencia de la necesidad de desarrollar algunas habilidades que nos permitan responder a los interrogantes que se nos plantean. Cerrarse al cambio y quedarse seguro en el rincón de la existencia que dominamos, es una manera de morir y dejar de ser humano.Estamos invitados a dejar que toda nuestra estructura existencial se tambalee y podamos encontrar nuevas maneras de organizarnos, para podernos realizar en esta realidad y no correr la suerte de los dinosaurios. No podemos quedarnos en la misma etapa de la vida, como si nuestro destino fuera desaparecer sin dejar huella. Es el momento de cuestionarnos y de tratar de hacer planes flexibles que nos permitan respuestas, siempre momentáneas, a las cuestiones de la vida. O evolucionamos o morimos en vida. Esa es la encrucijada.Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU: