El memorial de agravios de Joaquín Gómez contra Timochenko: opinión de Ricardo Ospina
Pablo Catatumbo y Jorge Lozada han negado que haya división en la Farc, pero es clara su cercanía con el líder máximo de la organización.
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En medio de la desaparición de varios exjefes guerrilleros, surge una carta de un sector de la Farc que critica a la llamada “ala blanda” por supuestamente defender “el orden burgués”.
A veces llegan cartas, como las que se han conocido en las últimas horas, escritas por varios exjefes de las Farc y cuyo texto ha revelado profundas diferencias en lo político, una ruptura frente a los actuales liderazgos de la colectividad y hasta sospechas de nepotismo y corrupción de algunos de sus miembros, al mejor estilo de un partido tradicional.
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Esas cartas también revelan que el país debe mirar en perspectiva, con matices, sin visiones de blanco o negro, la situación de nueve de los antiguos cabecillas de las Farc que entregaron su esquema de seguridad y de cuyo paradero actual se conoce más bien poco.
La primera carta fue firmada por Joaquín Gómez, exjefe del bloque sur de las Farc, tristemente recordado por su papel en los fallidos diálogos de paz del Caguán y por Bertulfo Alvarez, uno de los históricos de la guerrilla.
Básicamente es un memorial de agravios que fue enviado a la cumbre del partido Farc que se realizó hace una semana en Bogotá y allí no solamente cuestionan el mando de Rodrigo Londoño, Timochenko, sino que además critican a la que califican entre líneas como "ala blanda" de la exguerrilla, que es dura con personajes como Jesús Santrich y condescendiente con el expresidente y ahora Senador Alvaro Uribe.
"La sujeción a la Constitución y a las Leyes no significa en absoluto que nosotros debemos defender a capa y espada el orden y la legalidad burguesa; sin embargo, quién lo creyera, algunos de nuestros jefes como Timo, por ejemplo, se han dedicado a defender el orden burgués con un inesperado y sorprendente celo", dice la dura carta.
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Pero además de todo, en la carta se cuestiona severamente el papel de Pastor Alape, otro líder histórico de las Farc, a quien sindican de haber participado presuntamente de un plan para hacer firmar una constancia a los guerrilleros rasos donde aceptaban haber recibido una cantidad de dinero muy superior a la que efectivamente se les había entregado.
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Pablo Catatumbo y Carlos Antonio Lozada negaron que haya división en las Farc, aunque en realidad hay que decir, para tener la verdadera magnitud del análisis, que ellos dos hoy son Senadores y han estado siempre más del lado de Timochenko que de Iván Márquez.
La otra carta es muy interesante, porque la hizo llegar Benito Cabrera Cuevas, alias Fabián Ramírez, otro de los combatientes "duros" del bloque Sur, a la Comisión de Paz del Senado de visita en Miravalle.
Ramírez ha sido relacionado muchas veces con narcotráfico y supuestamente se había evadido de la zona donde se encontraba y había entregado su esquema de seguridad.
Ramírez envió un comunicado firmado y con su huella donde niega que esté sin protección, revela los nombres de sus dos escoltas, dice que está haciendo pedagogía de la implementación en varios municipios de Caquetá y además revela que está reintegrando a la vida civil a cerca de 100 excombatientes que estaban en las disidencias.
Pero además dice que "hoy más que nunca seguiremos comprometidos y trabajando en la búsqueda de la paz, la reparación y la reconciliación del pueblo colombiano".
Al final de la carta, Ramírez admite que han disminuido sus apariciones públicas por los rumores de supuestas órdenes de captura en su contra con fines de extradición o la reactivación de otras órdenes de detención previas.
Hoy no se sabe nada de Iván Márquez, El Paisa, Romaña, Aldinever y otros, pero sí se tiene ya una idea de dónde está Fabián Ramírez.
La opinión debe ponderar estos hechos, sin especulaciones, ciñéndose a los hechos, porque lo que está en juego, como bien lo dijo el procurador Fernando Carrillo en carta al presidente Iván Duque, está en juego el proceso de paz.
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