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El relato de los niños rescatados es una bocanada de aire en medio de la asfixia por la violencia

Tengo que decir que escuchar la noticia me llenó de sentimiento; que fueron muchos los sentimientos que experimenté, y que saber que estaban bien, me llevó a confiar que la vida siempre vence, aunque sean más los discursos dolorosos.

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Alberto Linero
Foto: cortesía Alberto Linero

La impresionante historia de los niños y niñas sobrevivientes en la selva que fueron encontrados el viernes es una bella ocasión para entender el valor y el poder de la esperanza. Ellos son unos guerreros de la vida. No se dieron por vencidos y desde sus capacidades y habilidades sobrevivieron.

Muchos acá, como espectadores, ya se habían rendido. Escuché algunas voces de personas que decían, con lógica y coherencia argumentativa, que habían pocas posibilidades de sobrevivir. Y la realidad nos muestra que no se puede hincar rodilla en la arena de la existencia, sino que hay que seguir luchando con inteligencia y fuerza hasta dónde sea necesario.

Entiendo que un país lleno de acontecimientos destructivos, de delitos, pobreza y violencia cuestione a los que creemos en el optimismo y en la esperanza, pero la realidad, que es más tozuda que los miedos, nos muestra que se puede creer y confiar en que todo va a salir bien.

El relato de los niños y niñas es una bocanada de aire en medio de la asfixia de tantos discursos de violencia y división, pero también, a la vez, se convierte en una ocasión para aprender que no debemos desfallecer y dar lo mejor hasta el final.

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Tengo que decir que escuchar la noticia me llenó de sentimiento; que fueron muchos los sentimientos que experimenté, y que saber que estaban bien, me llevó a confiar que la vida siempre vence, aunque sean más los discursos dolorosos.

Espero que las noticias que nos alegren sean siempre más de las que nos entristecen, que podamos construir como país relatos llenos de fuerza y esperanza, porque no tengo ninguna duda de que eso es lo que refleja nuestra gente.

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Los niños sin duda son ejemplo de resiliencia en medio del dolor, su supervivencia nos recordó que es posible confiar y tener esperanza, que en medio de las dificultades nos podemos levantar y construir juntos un mundo lleno de confianza en el futuro.

Creamos firmemente en que el dolor siempre puede ser vencido por nuestras ganas de vivir. Gracias a la vida por lo ocurrido.

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