De hecho, varias universidades del mundo han trabajado sobre cómo lograr que las personas no procrastinen tanto. Por ejemplo, Harvard ha presentado un estudio que busca proponer 6 claves para dejar de hacerlo, insistiendo en que ésta no es un problema de gestión del tiempo, sino de regulación de emociones (Tim Pychyl), por lo cual, se insiste en trabajar más en el ser y las actitudes con las que se están viviendo, en la autoconfianza, en la relación con el entorno, la comprensión de los deberes y las consecuencias que causa el diferir las actividades para poder solucionarlas.
Yo, aunque entiendo completamente el estudio y la necesidad de actuar y no andar aplazando lo importante, también creo que es necesario que seamos capaces de analizar cada momento y saber que
Hay un verbo muy caribe que me gusta, porque expresa una manera de vivir que en ocasiones es necesaria, este verbo es “vacilar”, y es que creo que si no entendemos que no todo es importante y no todo merece nuestra atención, viviremos llenos de cosas, sin un solo momento para disfrutar de la experiencia de vivir.
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Sí, definitivamente yo quiero vivir vacilándome la vida, porque creo que la lógica de producción a la que somos arrastrados, solo deja cansancio y poca oportunidad para encontrar momentos de satisfacción, y es que para ser feliz, hay que darse licencia de vez en cuando de no hacer nada.
Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:
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