La nueva batalla de la Corte Suprema de Justicia: opinión de Ricardo Ospina

Las últimas dos semanas no han sido muy afortunadas para la Corte Suprema de Justicia: al confuso episodio de interceptación al teléfono del expresidente Álvaro Uribe en un proceso que se adelanta contra el congresista Nilton Córdoba por el ‘cartel de la toga’, hay que sumar dos nuevas batallas que han tenido que librar los magistrados: una interna y otra externa: En lo interno, se llegó al máximo nivel de polarización, pues la Sala Civil decidió vía tutela, tumbar una condena que había proferido recientemente la Sala Penal a 25 años de cárcel contra el exsenador del partido de la U Martín Morales por parapolítica. El argumento de los magistrados para anular la sentencia tiene que ver con la famosa doble instancia para los aforados, que quedó en firme en enero de este año. Para la Sala Civil, sus colegas de la Sala Penal debieron haberse abstenido de avanzar hacia una sentencia contra Morales, pues debieron remitir el caso a la sala de instrucción que hubiera funcionado como primera instancia. Este fallo, que usted puede ver en bluradio.com podría tumbar todas las actuaciones de la Corte desde enero de este año, relacionadas con fallos o llamados a juicio, pues en esa fecha quedó en firme el acto legislativo que creó la doble instancia para congresistas y otros aforados, que fue una vieja pelea de los parlamentarios desde la época de la "parapolítica", hace casi una década. La otra pelea de la Corte Suprema tuvo como contraparte al presidente del Senado Ernesto Macías, por cuenta de la demora en ratificar la acusación y remitir el caso del exmagistrado Gustavo Malo para juicio por el escándalo del Cartel de la Toga. La Corte dijo en Twitter que "frente a gravedad de sindicaciones que impactan al sistema judicial, Sala de Gobierno de la Corte Suprema insta al presidente del Senado a impulsar definición de situación de magistrado Gustavo E Malo Fernández". Realmente ha sido vergonzosa la demora del Senado para avanzar en el juicio contra Malo por concierto para delinquir y otros delitos, relacionados con sus presuntos vínculos ilegales con el expresidente de la Corte Suprema Francisco Ricaurte y el presunto cobro de dos mil millones de pesos para engavetar el proceso contra Musa Besaile por parapolítica.