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Los dos enfoques que necesita la lucha antidrogas: opinión de Ricardo Ospina

El reto para Iván Duque es enorme, por un lado hay que atacar la cadena productiva de la cocaína y por el otro poner a funcionar los programas de sustitución de cultivos.

295220_BLU Radio. Droga - referencia // Foto: El Espectador
BLU Radio. Droga - referencia // Foto: El Espectador

Esta semana debe comenzar en firme el uso de drones y de vehículos tipo "Oruga" para intentar una mayor efectividad en la erradicación de cultivos ilícitos, luego de su aprobación en el más reciente Consejo Nacional de Estupefacientes. 

En teoría, el uso de estas dos tecnologías busca utilizar el temible glifosato o round up, como es conocido este herbicida en inglés, de manera focalizada, cumpliendo el fallo de la Corte Constitucional que prohíbe su uso masivo e indiscriminado o a alturas como las que alcanzan los aviones de fumigación. 

El campanazo de alerta para que todas las entidades del Estado comenzaran a moverse hacia estas alternativas, fue el preocupante informe de Estados Unidos que tasa en 209.000 las hectáreas de cultivos de hoja de coca en 2017, una cifra histórica. 

Pero mientras esto se prepara desde Colombia, para su uso en el Catatumbo, en Tumaco y en otras zonas inundadas de coca, se esperan los resultados de medición del Simci, de Naciones Unidas, que son más confiables y que son más utilizados por el gobierno colombiano, que podrían estar cerca de la no despreciable suma de 180 mil hectáreas sembradas de hoja de coca en el país. 

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Vea aquí: Santos pide nuevo enfoque en lucha antidrogas en la sede de la ONU en Nueva York

La divulgación de cifras sobre cultivos de uso ilícito y la aplicación de nuevas tecnologías para disminuirlos, coincide con la visita que adelanta el presidente electo Iván Duque a Estados Unidos, en donde su agenda de presentación con la administración Trump, de nuevo ha girado en torno a las presiones norteamericanas para que Colombia disminuya la producción de alcaloides. 

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Varios elementos importantes: Estados Unidos debe aportar más en la lucha antidrogas, por el aumento de más del 80 por ciento en el consumo de cocaína en los últimos cinco años. 

Adicionalmente, una de las claves de la lucha antidrogas es que no puede tener únicamente enfoque represivo: el general Oscar Naranjo, vicepresidente de Colombia, advirtió en entrevista con El Tiempo que ni el glifosato ni la erradicación forzosa sin alternativas para los campesinos pequeños cultivadores, es exitosa. 

Por eso el reto para el presidente Duque será enorme: por un lado atacar con mayor fuerza a los eslabones más fuertes de la cadena de la producción de cocaína, incluyendo a los carteles mexicanos, a las disidencias de las Farc y a las mafias brasileñas, mientras pone a funcionar el ‘alicaído’ programa de sustitución voluntaria de cultivos, con vías para sacar los productos, con buenos precios, con compradores garantizados. 

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