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Sí, Roger Federer se retira, pero el cambio no es el final

Retirarse de la actividad no significa morir, seguramente ahora se inicia una nueva etapa.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: cortesía

Sus 1,85 de estatura, su gran destreza técnica, su increíble despliegue físico, y su habilidad para golpear la pelota con gran soltura, entre sus muchas otras cualidades para el deporte, nos ha hecho admirarlo a lo largo de sus 24 años de carrera profesional.Por supuesto, me estoy refiriendo al tenista Roger Federer, quien durante ese tiempo disputó más de 1.500 partidos y ganó 103 títulos, de ellos, 20 Grand Slam, 6 abiertos de Australia, y por lo menos 5 victorias consecutivas en el Us Open, y quién además se mantuvo por 5 temporadas en el primer puesto del ranking mundial del deporte de la raqueta.

Sin embargo, más allá del hecho deportivo de que se retire una de las grandes figuras del tenis mundial, de quien muchos incluso afirman que es el mejor jugador de la historia, quisiera hacer una reflexión en torno a lo que significa el retiro. No son pocas las personas que ven la jubilación como una desgracia, como el final de su proyecto existencial, cuando en realidad se trata de una nueva oportunidad para perseguir otros sueños y hacer la vida de otra manera.

Estoy seguro de que él lo ha planeado, porque sus condiciones de vida se lo permiten, y por supuesto que yo quisiera vivir en un mundo en el que todos pudiéramos tener esa posibilidad de planear nuestro retiro, no solo en términos económicos y familiares, sino en términos existenciales. Retirarse de la actividad no significa morir, seguramente ahora se inicia una nueva etapa, y probablemente veamos a un Federer técnico o a un Federer comentarista, o incluso, en su fase como papá.

Yo, que un día dejé de ejercer el ministerio a los 49 años, y comencé a vivir de una manera distinta, entiendo que siempre podemos cambiar, que necesitamos valentía, claridad mental, carácter y fuerza para realizar un nuevo proyecto sin miedo. Lo más importante es entender que el cambio no es el final, y que siempre se puede asumir con gratitud por el pasado y todo lo vivido, que es donde se consiguen las mejores herramientas para seguir construyendo la vida que se quiere.

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