La trashumancia electoral técnicamente se llama fraude en la inscripción de cedulas y consiste en movilizar a un ciudadano para que ejerza su derecho al voto en un puesto de votación donde no le corresponde.
Para Camilo Vargas, coordinador del observatorio político-electoral de la MOE, los criminales electorales en estos puntos infiltran jurados y controlan el sentido del voto.
En Colombia, donde es común que se cometa este delito, lo más común es cuando trasladan a grupos de personas en buses de un municipio a otro para que ayuden a elegir al alcalde de esa localidad.
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