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El nombramiento en la tarde de este miércoles del general Pedro Arnulfo Sánchez como nuevo ministro de Defensa, en reemplazo de Iván Velásquez, ocasionó opiniones encontradas al interior del mundo político.
El presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca, celebró el nombramiento de una persona proveniente del departamento de Boyacá y con una gran trayectoria en operativos famosos como el rescate de los niños Mucutuy en las selvas del Guaviare.
“Celebramos con beneplácito el anuncio del señor presidente Gustavo Petro sobre la designación del general Pedro Sánchez como nuevo ministro de Defensa. Su experiencia y su liderazgo han mostrado a lo largo de su ejercicio como militar y su gran sensibilidad social. Hemos visto en la operación Esperanza que logró el rescate de los niños en el Amazonas, eran claves para los desafíos que tiene este país en materia de seguridad y paz”, expresó Salamanca.
Uno de los puntos que llama la atención con el nombramiento es que se rompe una tradición impulsada por la misma izquierda que hoy gobierna de que el titular de la cartera de Defensa sea un civil y no un militar, recordando que el último ministro militar fue el general Óscar Botero Restrepo en 1990, antes de ser sucedido por Rafael Pardo Rueda.
“Nunca me imaginé que el primer Gobierno de izquierda de nuestra historia fuera el que regresara a un Ministerio de Defensa castrense. Romper la tradición de ministros civiles tiene riesgos. Seguramente algunos celebrarán esta decisión a causa de la muy pobre labor del último ministro y del deterioro de la seguridad. A mi me da guayabo moral”, señaló el representante liberal Juan Carlos Losada.
Por otro lado, el representante por el Pacto Histórico Heráclito Landinez calificó la designación de Sánchez como una decisión acertada por parte del presidente Petro.
“Es un hombre que ha dedicado su vida a las fuerzas, especialmente a la Fuerza Aérea y que se ha probado en todos los campos. Es el hombre que rescató a los niños perdidos en las selvas, pero además su característica es un hombre civilista, responde al poder civil, es una gran designación en el momento que vive el país por el conflicto y paro armado”, afirmó.
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Desde la oposición señalaron que la gran preocupación con el nombramiento es que si Sánchez asume como general activo de la Fuerza Aérea se genere la salida de un gran número de generales de mayor rango de las Fuerzas Militares.
“De un plumazo Gustavo Petro se cargó la práctica civilista de los últimos 30 años de no nombrar a un militar activo en el Ministerio de Defensa y fuerza el retiro de cerca de 10 generales en la peor crisis de seguridad de los últimos años”, afirmó el representante Andrés Forero, del Centro Democrático.
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