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Puerto Alvira, en Meta, el pueblo que se resiste a desaparecer

Después de vivir una masacre perpetrada por las Autodefensas y tener una presencia permanente de las Farc, este pueblo pareciera estar condenado a desaparecer.

Los habitantes de la vereda Puerto Alvira o también conocida como Caño Jabón, en el Meta, se enfrentan ahora a una batalla contra el olvido; desde el 4 de mayo de 1998 tras vivir una masacre en donde fueron asesinadas más de 20 personas por un grupo de 200 paramilitares, hoy sus pobladores sienten que el abandono del Gobierno los tiene a punto de extinguirse.

 

Los colonos, que en su mayoría llevan más de 20 años viviendo está región del país, aseguran: “no nos arreglan las carreteras, no nos arreglan el pueblo, no nos arreglan los puestos de salud, no nos ayudan en nada”, así lo denunció a BLU Radio Juan David Lozano, quien antes del acuerdo con las Farc sostenía a su familia con el negocio de la coca.

 

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“Otra problemática es la parte de nuestros hermanos indígenas porque viven en una manera infrahumana, no porque ellos quieren, sino porque el Estado les ha prometido cantidades de cosas y nunca les ha cumplido”, dijo Álvaro Carreño, representante de la Asociación Campesina de Puerto Alvira.

 

Las calles de este pueblo aún guardan el dolor, la nostalgia y la crudeza del ataque al que fueron sometidos por las Autodefensas, y que 20 años después dejan el rastro de la prosperidad que alguna vez tuvo está comunidad conformada por cerca de 3 mil habitantes, pero que en la actualidad no son más de 200.

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Algunas víctimas de desplazamiento como Israel Rodríguez, quien después de la masacre perdió su familia, su finca y su casa en el casco urbano, persiste desde hace 20 años por volver a tener lo que la guerra le quitó.

 

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“Si mis hijos volvieran conmigo para acá pues aquí viviríamos si me entregarán mi finca (…) porque a mí me la quitaron a la brava por el hecho de haber salido a Villavicencio y ya cuando volví le habían metido gente a mi finca”, sostuvo.

 

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Hasta esa vereda del Meta que hace parte de la Colombia profunda, llegó la Defensoría del Pueblo, después de viajar por más de tres horas en lancha desde San José del Guaviare. El Defensor Carlos Alfonso Negret, se encontró con la cruda realidad que hoy vive está comunidad sumergida en una grave crisis económica y de abandono

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“Nos dedicaremos a hacer incidencia ante los organismos que tienen que hacerlo y que deben cumplirle a este par de poblaciones (Puerto Alvira y Mapiripán) que sufrieron una masacre hace muchos años”, aseguró el defensor.

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Vea también: Defensor del Pueblo se quedó varado en pleno río Guaviare en medio de la noche

 

Puerto Alvira hoy siente los efectos del Acuerdo con las Farc, quienes hacían presencia en esta vereda con el Bloque Oriental, pues sus habitantes hoy departen al lado de excombatientes, pero según los colonos que viven en esta zona, desde hace más de 20 años lo que no han sentido después de la masacre es el progreso.

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Juan David Lozano advirtió que en el pueblo “progresivamente no hay nada, todo fue antes retrocediendo, todo es como cuando empezó la mafia, todo era poquita gente y así fue cuando llegó la mafia, pero en esa época hubo empuje, pero todo eso se acabó”.

 

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Los rezagos de la guerra en Puerto Alvira han traído consigo más problemas, como la llegada de 800 indígenas víctimas de desplazamiento que han ocupado las casas abandonadas, incumplimientos en el programa de sustitución de cultivos ilícitos y un pueblo fantasma que intenta luchar contra el olvido.

 

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