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Víctimas del Cartel de Medellín no descartan interponer acciones legales contra el ex narcotraficante Fabio Ochoa tras su llegada a Colombia. Familiares de magistrados del Tribunal Superior de Medellín que fueron asesinados buscan que los hechos sean declarados crímenes de lesa humanidad y para esto piden compromiso con la verdad por parte de Ochoa.
Tras pagar su condena por narcotráfico en Estados Unidos y en un vuelo procedente de la ciudad de Bogotá, Fabio Ochoa retornó, en la noche del lunes, a la ciudad de Medellín. Sin embargo, aunque la ley colombiana ha determinado que el exintegrante del Cartel de Medellín no tiene asuntos pendientes con la justicia local, víctimas de hechos violentos ocurridos en los años ochenta y noventa en la capital antioqueña, auge del grupo extinto grupo criminal, tienen exigencias.
Así lo hizo saber Ricardo Medina, hijo de Álvaro Medina Ochoa, magistrado de la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín que fue asesinado el 8 de abril de 1985 por orden del Cartel y cuyo crimen sigue en la impunidad casi cuatro décadas.
En diálogo con Blu Radio, Medina indicó que ahora lo que principalmente buscan es que este y otro asesinatos de miembros de la rama judicial durante la llamada época del narcotráfico en la capital antioqueña sean declarados crímenes de lesa humanidad, algo en lo que podría aportar Ochoa con información que permita esclarecer circunstancias, participantes y determinadores en estos actos, que entre 1985 y 1989, cobraron la vida de cuatro magistrados del mismo Tribunal.
“Esta llegada de este señor nos va a permitir si él no quiere sí, sí, su compromiso de verdad es con las víctimas, tener una declaración que ratifica que estos crímenes fueron ordenados en su ejecución por parte de estos determinadores del Cartel de Medellín y buscar así la declaratoria de lesa humanidad”, afirmó.
En este mismo sentido se pronunció Carlos Mario Zuluaga, hijo del magistrado Gustavo Zuluaga Serna, asesinado a manos de la organización liderada por Pablo Escobar el 31 de octubre de 1986, quien destacó la importancia que tendría la Fabio Ochoa para la verdad y la reparación por la guerra del narcotráfico, sin embargo, argumentó intereses mucho más simbólicos.
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Zuluaga se mostró escéptico frente a la apertura de nuevos procesos judiciales, condenas en contra de Ochoa o inclusive por el asesinato de su padre, pero fue claro en afirmar que un eventual compromiso con la verdad podría aportar a la historia del país para que no se repita.
“Y para las víctimas sería muy importante que él pudiera decir algún tipo de verdad, pues obviamente, no se va ni auto incriminar, ni nada de esas cosas, pero sí por lo menos saber algo para que quede para la historia”, aseguró.
Una de las figuras jurídicas que podría aportar a los intereses de la víctimas frente a nuevo eventual rol de Ochoa podría ser el de gestor de paz, sin embargo, es un asunto que descartó inicialmente tras su llegada al país indicando que aún no ha pensado el tema.
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Hay que recordar que ese paso ya lo dio hace pocas semanas el excapo del Cartel de Cali, Miguel Rodríguez Orejuela, quien a través de una carta le pidió al presidente Gustavo Petro considerar su designación como gestor de paz.
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