Crece la polémica por megaescenario Vive Claro: ¿distrito cultural o amenaza ambiental?
El escenario del Vive Claro se construye en tiempo récord y espera tener su primer gran evento a finales de Julio.
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Continúa la polémica alrededor de la construcción del megaescenario de eventos Vive Claro, ubicado en el occidente de Bogotá, dentro de lo que se conoce como el Distrito Verde. Mientras se anuncian los primeros conciertos para julio y agosto, que podrían reunir a más de 40.000 personas por evento, persisten las dudas sobre los impactos ambientales, legales y urbanísticos del proyecto.
Desde el sector ambiental, las autoridades distritales insisten en que el escenario no vulnera ningún ecosistema protegido. Daniel Páez, secretario de Ambiente encargado de Bogotá, aseguró que el predio Salitre Greco no cumple con los criterios técnicos para ser considerado un humedal.
“Desde 2013, estudios técnicos de esta secretaría concluyeron que el predio Salitre Greco no presenta las características de un humedal. No hay concentraciones naturales de agua, vegetación hidrófila ni conexión con cuerpos de agua cercanos. En 2024 realizamos nuevas visitas técnicas y ratificamos la misma conclusión. No hay un ecosistema de humedal”, afirmó Páez.
Sin embargo, el tema también ha generado posiciones encontradas en el Concejo de Bogotá. Juan David Quintero, vicepresidente de la Corporación, defendió el proyecto cultural y recordó que la decisión de clasificar el terreno como no humedal se remonta a una administración anterior:
“Lo que aquí hay realmente es que durante la administración del alcalde Gustavo Petro, su secretaria de Ambiente, la señora Susana Muhammad, certificó que ahí no había un humedal. De manera que la ciudad lo que tiene que procurar es el cumplimiento de las normas, que es lo que vienen haciendo.”
Desde la bancada del Pacto Histórico, sin embargo, se han alzado fuertes críticas contra la obra. La concejala Quena Ribadeneira acusó a la empresa promotora del proyecto, Ocesa, de engañar a las autoridades y a la ciudadanía:
“Ocesa le ha mentido a Bogotá y a sus autoridades. Ha declarado reiteradamente que cuenta con licencias cuando en realidad no las tiene y, aun así, insisten públicamente en que se trata de estructuras livianas", dijo.
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Mientras las autoridades y la empresa organizadora avanzan con la programación de los primeros conciertos, el debate sigue abierto. La ciudad se encuentra ante una disyuntiva: celebrar un nuevo polo de desarrollo cultural o exigir mayor rigor ambiental y urbanístico en la ejecución de proyectos de esta magnitud.