Es compleja la situación que se vive dentro de la Universidad Nacional en la sede Bogotá. En las últimas horas se conoció la quema de dos motos pertenecientes al esquema de seguridad de la institución, después de una asonada en contra de quienes hacen parte de la empresa. Por esto mismo, denuncian públicamente que la situación es incontrolable y que hay varias convocatorias para más asonadas a lo largo de la semana.
Quien denuncia es José Pinilla, coordinador de Seguridad de la Universidad Nacional, afirmando que no hay garantías para quienes trabajan en el esquema de seguridad de la universidad.
“Ni el rector ni la vicerrectoría le ponen frente a esto. No hay garantías para nosotros, pues somos el blanco en estos momentos porque están convocando más asonadas contra la vigilancia y hasta ahora no se han pronunciado. Están convocando para el día jueves y también posiblemente para el sábado, porque quieren venir nuevamente a hacer más agresiones hacia vigilancia. No hay garantías en estos momentos. No tenemos garantías para ejercer, no solamente nosotros, sino todo el personal de vigilancia. Además, dado que no se puede hacer control, aquí se han incrementado el hurto de maletas, el hurto de bicicletas, el hurto de elementos de los estudiantes, e incluso las autopartes de los carros están ingresando porque realmente no podemos hacer control en estos momentos”, dijo.
Por otro lado, Blu Radio también conoció la historia de Hermes Ariza, integrante del esquema de seguridad que estuvo presente en el momento de la asonada. Él manifiesta que todo sucede por personal externo a la universidad, puesto que no hay control de ingreso al campus. Afirma que la situación es incontrolable y que incluso se están conformando bandas de microtráfico.
“Lo que nosotros pedimos es garantía para poder ejercer nuestra labor. Nosotros hemos puesto las quejas, pero nunca pasa nada en la universidad. Aquí no pasa nada. No hay una sanción ni siquiera disciplinaria para los estudiantes. Sí necesitamos el apoyo de los agentes de control, la Procuraduría, inclusive la Fiscalía, para que tomen cartas en el asunto, ya que la directiva de la universidad no está haciendo absolutamente nada. Y el peligro es que aquí se está formando una olla de microtráfico, que es muy delicado, muy delicado”, concluyó.
Sin embargo, esto no es lo único. Después de la asonada, la Universidad Nacional emitió una carta afirmando que todo se generó por una agresión por parte de un integrante del esquema de seguridad que caldeó los ánimos. Entre tanto, el cuerpo de seguridad rechazó las afirmaciones y aseguró que la respuesta de la vicerrectoría fue diferente cuando hubo una reunión presencial, por lo cual también piden que la universidad tenga una postura clara sobre las denuncias relacionadas con orden público y seguridad.