Cámaras registraron el momento en que le quitaron la vida a menor en Soacha por $6.000
Un joven de 17 años salió a vender mazamorras en Soacha y terminó asesinado por reclamar $6.000. Cámaras revelan el brutal ataque que hoy clama justicia.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Eran las 8:20 de la noche del pasado 12 de abril cuando Juan José Correa Guerrero, un joven de apenas 17 años, se bajó de un jeep en inmediaciones del centro comercial Unisur, en Soacha.
Llevaba pocas horas de trabajo, como todos los días, vendiendo mazamorras para ganarse $20.000 diarios y apoyar a su madre y darle detalles a su novia.
Ese día, Juan José no volvió a casa. Minutos después, un cuchillo atravesó su pecho y le arrebató la vida en cuestión de segundos. ¿La razón? Reclamar el pago de dos vasos de mazamorra, apenas $6.000, que nunca llegaron a través de la aplicación Nequi.
De acuerdo con el testimonio de su madre, Andrea Guerrero, tres jóvenes —dos adultos y un menor de edad— pidieron varias mazamorras, asegurando haber pagado por transferencia. Al verificar, el conductor y sus dos ayudantes notaron que se trataba de un fraude.
Con la educación que lo caracterizaba, Juan José se acercó a los clientes para pedirles que cancelaran el dinero. Pero el reclamo se convirtió en tragedia: uno de los agresores lo golpeó y, en medio de la confrontación, un menor de 16 años pasó un cuchillo a su cómplice, quien le propinó una puñalada letal.
“El reporte médico fue claro: mi hijo ingresó sin signos vitales. No tuve tiempo ni siquiera de despedirme”, recordó su madre entre lágrimas en el pódcast Relatos al Límite, de Felipe García.
Publicidad
El ataque quedó grabado en cámaras de seguridad de la zona. En las imágenes se observa a Juan José intentando apartarse de los empujones y, segundos después, recibiendo el ataque mortal.
Gracias a la reacción de una patrulla de la Policía que pasaba por el lugar, los tres presuntos responsables fueron capturados en flagrancia. Hoy enfrentan un proceso judicial que, sin embargo, mantiene en alerta a la familia de la víctima: por vencimiento de términos podrían quedar en libertad.
Juan José estudiaba grado once en el colegio Monterrosales y soñaba con ser abogado. También quería aprender inglés, jugar microfútbol con sus amigos y, como cualquier joven de su edad, consentir a su novia con pequeños detalles.
“Era muy querendón a sus amigas, con los cumpleaños, siempre tenía un peluche, una rosa, por eso en su tumba no le faltan las rosas, porque amaba regalar las rosas”, contó su madre.
Publicidad
Aunque Andrea insistía en que no tenía la necesidad de trabajar, el joven buscaba independencia y quería ayudar en casa. Esa decisión lo llevó a encontrarse con sus agresores y, finalmente, a perder la vida.
La madre de Juan José ha pedido a las autoridades que no permitan que el crimen quede en la impunidad. “No puede ser que por ser menor de edad reciba una sanción reducida. Mi hijo no volverá y su muerte pesa lo mismo que la de cualquier adulto. La ley debe ser igual para todos”, aseguró.
Mientras avanza el proceso, la familia vive con la incertidumbre de que los responsables queden libres. Entre tanto, el recuerdo de Juan José permanece vivo en la memoria de quienes lo conocieron como un joven noble, trabajador y lleno de proyectos.