Iglesia Católica celebra avances en diálogos con Coordinadora Ejército Bolivariano
Según monseñor Henao, este acuerdo de la subcomisión de seguridad también permite fortalecer la confianza en los territorios.
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Monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Iglesia católica, valoró como un paso esperanzador la firma del Acuerdo 12, que permitió aprobar los protocolos para la destrucción de casi 14 toneladas de explosivos y material de guerra.
“Este es un momento en el que pensamos que hay esperanza para fortalecer la confianza entre el Gobierno y el grupo de la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano, hoy en diálogos de paz”, declaró a Blu Radio.
Según monseñor Henao, este acuerdo de la subcomisión de seguridad también permite fortalecer la confianza en los territorios, en las comunidades y en las personas que viven a diario las confrontaciones armadas. “Saben lo que significa la conflictividad, y estos momentos, en los que se dan pasos decididos hacia el fin del conflicto, son muy importantes”, añadió.
Para la Iglesia, este acuerdo representa un impacto humanitario significativo. “Las comunidades tendrán un alivio mayor en la medida en que se destruya material utilizado en la confrontación armada. Esto, sin duda, tiene consecuencias positivas en la vida de las personas y en la situación humanitaria general de los territorios”.
Henao enfatizó que se trata de un paso clave en el plano humanitario, con implicaciones sociales y de otro orden. “Desde nuestra perspectiva, aquí está en juego la vida de los seres humanos, la tranquilidad de las comunidades y la posibilidad de transitar desde una situación de conflicto hacia una de convivencia y reconciliación”.
Tras un año de conversaciones, Henao calificó este momento como una señal de esperanza. “Me parece que es un avance muy importante. Hay desafíos, asuntos complejos por resolver, pero esta es una demostración valiosa que merece reconocimiento”.
Aunque algunos integrantes de la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano afirman que aún no hay plena confianza en el Estado, monseñor Henao reconoció que “se ha hecho un esfuerzo importante que debe ser valorado. Esta decisión, de tales magnitudes, es trascendental y demuestra voluntad de paz”.
Explicó que la decisión también implicó un ejercicio interno dentro del grupo armado en negociación. “Requirió concertación entre ellos mismos para llegar a este punto. Se ha dado un paso importante y se avanza positivamente hacia un acuerdo que ponga fin al conflicto”.
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El delegado de la Iglesia católica manifestó su esperanza en que el proceso continúe en esta misma línea. Subrayó la importancia de encontrar definiciones que consoliden el avance, especialmente en zonas como Nariño, el Pacífico y Putumayo.
“Este es un momento en el cual sentimos que se va fortaleciendo la confianza y se van encontrando soluciones alternativas a situaciones complejas. También se adoptaron medidas importantes para lo que será el laboratorio de erradicación de cultivos de uso ilícito. Eso representa una transición de economías ilícitas hacia economías lícitas”, dijo.
Henao destacó el potencial agrícola de regiones como Nariño y Putumayo. “Allí se puede impulsar una actividad económica muy significativa. Esta sustitución puede tener efectos importantes, porque hay condiciones favorables en el territorio”.
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Además, informó sobre otra decisión tomada en el marco de los diálogos: garantizar que las elecciones de 2026 puedan desarrollarse en esos territorios de forma libre. “Esperamos que esto se concrete. Son pasos espirituales”, dijo.
Reconoció que los procesos de negociación siempre enfrentan retos: “Exigen paciencia, perseverancia, constancia. Pero aquí se está avanzando gracias a un ejercicio colectivo y con mucho compromiso, tanto del Gobierno como de la Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano”, manifestó al respecto.
Frente a las quejas del grupo armado sobre presuntos incumplimientos del Estado, Henao aclaró que “eso se ha estado hablando en la mesa. Hay acuerdos y se prevén encuentros importantes con comunidades para escuchar, identificar sus necesidades y diseñar respuestas integrales. Ese ejercicio de diálogo y relacionamiento con los pobladores es clave”.
Subrayó que para la Iglesia, todo lo que beneficie a las comunidades y contribuya al desarrollo humano integral “son pasos importantes para la salida negociada al conflicto”.
“Creemos que hay motivos iniciales de esperanza. También hay asuntos que debemos seguir fortaleciendo. Los diálogos avanzan en distintas comisiones, como la Jurídica y la de Sustitución de Cultivos, en zonas extensamente cultivadas. Es fundamental diseñar un plan de intervención estatal capaz de responder a estas urgencias con una transformación territorial integral”, añadió monseñor.
Finalmente, monseñor Henao explicó que la Iglesia no interviene en aspectos técnicos, pero sí considera fundamental que haya un efecto reparador para las comunidades. “Debe trabajarse dentro del marco del reconocimiento de la dignidad de todas las personas. La justicia debe enfocarse en las víctimas y en su reparación. Las precisiones jurídicas, por supuesto, corresponden a los técnicos del Estado y los organismos competentes”, concluyó.