Con una votación de 63.317 votos, el abogado y empresario llega al cargo con el respaldo de sectores políticos nacionales, entre ellos el del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien destacó el compromiso del nuevo mandatario con la lucha frontal contra la criminalidad, una estrategia que según señaló fue iniciada durante la administración de Jaime Andrés Beltrán y que ahora tendrá continuidad.
Portilla ha reiterado que su gobierno estará basado en valores y principios, con un apoyo decidido a la Fuerza Pública, al tiempo que buscará mantener una relación cercana con el sector empresarial, los gremios productivos y los distintos sectores sociales que dinamizan la economía de Bucaramanga.
Cristian Portilla antes de llegar a la Alcaldía de Bucaramanga, se desempeñó como secretario privado del entonces alcalde Jaime Andrés Beltrán, cargo que ocupó entre 2024 y 2025, desde donde tuvo un rol clave en la articulación del despacho, la agenda institucional y la coordinación con distintas dependencias del gobierno local.
Previo a ese nombramiento, Portilla también ejerció como asesor de la Alcaldía de Bucaramanga, vinculación que fortaleció su experiencia en la administración pública y le permitió conocer de cerca el funcionamiento del gobierno municipal.
En el ámbito profesional, es abogado egresado de la Universidad Santo Tomás, con especialización en Derecho Laboral, y actualmente es empresario a través de su firma jurídica. Inició su vida laboral en los medios de comunicación como locutor en Caracol Radio Bucaramanga, experiencia que marcó su cercanía con los temas ciudadanos y la opinión pública.
Portilla expresó durante su campaña que durante su administración trabajará de la mano con comerciantes, emprendedores y ciudadanos para consolidar un modelo de ciudad enfocado en el orden, la generación de empleo y la confianza institucional.
“Bucaramanga necesita avanzar con autoridad, pero también con diálogo y trabajo conjunto”, señaló.
El nuevo mandatario asume el reto de gobernar una ciudad que viene de un período de alta tensión política y social, con la expectativa de dar continuidad a proyectos estratégicos y recuperar la estabilidad administrativa.