
Las latas de conservas son un recurso esencial en la despensa de muchos hogares, ya que permiten almacenar alimentos durante largos periodos sin perder sus propiedades nutricionales. Sin embargo, no todas las latas son seguras para el consumo, y algunas pueden representar un grave riesgo para la salud.
Si alguna vez se ha encontrado con una lata inflada, abollada o con fugas, preste atención: podría estar ante un peligro invisible pero potencialmente mortal.
¿Por qué las latas dañadas pueden ser peligrosas?
El principal riesgo de consumir alimentos enlatados en mal estado es la posible presencia de microorganismos dañinos, como el Clostridium botulinum, según explicó la ingeniera de alimentos Mariana Zapién.

Esta bacteria es capaz de producir toxinas altamente peligrosas para el ser humano, causando el temido botulismo, una enfermedad que ataca el sistema nervioso y puede generar síntomas como debilidad muscular, fatiga extrema, dificultad para respirar e incluso parálisis.
El Clostridium botulinum prospera en ambientes sin oxígeno, como el interior de una lata de conservas que ha perdido su sellado hermético. Si la lata está abombada o inflada, es una señal de que hay producción de gases en su interior, lo que indica la presencia de bacterias que han contaminado el alimento.
Cómo identificar una lata peligrosa
Para evitar riesgos, debe revisar bien las latas antes de comprarlas o consumirlas
- Lata inflada o abombada: Indica la presencia de bacterias formadoras de gases, lo que sugiere una contaminación peligrosa.
- Lata con abolladuras profundas: Si la abolladura afecta los bordes o las costuras de la lata, podría haber comprometido su sellado hermético.
- Fugas o corrosión: Si la lata presenta filtraciones o signos de oxidación, es mejor no consumir su contenido.
- Alimento espumoso o con mal olor al abrir la lata: Si nota burbujas, espuma o un olor desagradable, descarte el producto inmediatamente.
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Alimentos con mayor riesgo de botulismo
No todos los alimentos enlatados tienen el mismo nivel de riesgo. El Clostridium botulinum no puede sobrevivir en ambientes ácidos, por lo que las latas que contienen jugos de frutas, salsas de tomate o encurtidos son más seguras. Sin embargo, los alimentos con bajo nivel de acidez son los más propensos a la contaminación. Entre ellos se encuentran:
- Carnes enlatadas
- Frijoles y legumbres enlatadas
- Sopas y cremas enlatadas
- Atún y otros pescados en conserva
- Vegetales enlatados como maíz, espárragos o guisantes
¿Qué hacer si tiene una lata sospechosa?
Si encuentra una lata con alguna de las características mencionadas, lo mejor es tirarla inmediatamente sin abrirla. Abrir una lata contaminada puede liberar la toxina botulínica, que incluso en pequeñas cantidades puede ser peligrosa. Tampoco es recomendable oler el contenido, ya que la toxina puede ser absorbida por la mucosa nasal.